Así lo manifestó Rubén Carballo, fundador de la Comisión de Acompañamiento de Familiares de Víctimas (CAFAVI), que tiene sede en la localidad de Virrey del Pino, pero extiende su accionar en el ámbito de la provincia de Buenos Aires. Su hijo murió en 2009 tras ser brutalmente golpeado por policías en la previa de un recital. Luego del hecho, le hombre creó la entidad. “Sigo buscando Justicia”, dijo
El 8 de diciembre de 2009, Rubén Carballo perdió a su hijo de 17 años, también llamado Rubén, quien fue brutalmente golpeado por policías que estaban a cargo de la seguridad en la previa de un show que la banda Viejas Locas dio en el Estadio de Vélez el 14 de noviembre de ese año. Un año después, el hombre fundó la Comisión de Acompañamiento de Familiares de Víctimas (CAFAVI), con sede en la localidad de Virrey del Pino.
Desde entonces, la entidad brinda asistencia a las familias y víctimas de diversos tipos de violencia. “El trabajo que realizamos es completo, acompañamos las familias y a las víctimas depende los casos, investigamos”, explicó Carballo, quien además contó que se realiza un trabajo en conjunto con la Fiscalía General”.
Con respecto al accionar de la entidad, el fundador de CAFAVI explicó: “Cuando pasa un hecho de este tipo, una pérdida violenta, las familias no saben qué hacer, adónde ir. Y nosotros, que ya hemos estado en ese lugar, estamos ahí para asesorar y acompañar”.
“Mi otro hijo fue privado de la libertad y le armaron una causa por la que estuvo seis meses preso y otros dos con prisión domiciliaria”
S!C
El 8 de diciembre de 2009, Rubén Carballo perdió a su hijo de 17 años, también llamado Rubén, quien fue brutalmente golpeado por policías que estaban a cargo de la seguridad en la previa de un show que la banda Viejas Locas dio en el Estadio de Vélez el 14 de noviembre de ese año. Un año después, el hombre fundó la Comisión de Acompañamiento de Familiares de Víctimas (CAFAVI), con sede en la localidad de Virrey del Pino.
Desde entonces, la entidad brinda asistencia a las familias y víctimas de diversos tipos de violencia. “El trabajo que realizamos es completo, acompañamos las familias y a las víctimas depende los casos, investigamos”, explicó Carballo, quien además contó que se realiza un trabajo en conjunto con la Fiscalía General”.
Con respecto al accionar de la entidad, el fundador de CAFAVI explicó: “Cuando pasa un hecho de este tipo, una pérdida violenta, las familias no saben qué hacer, adónde ir. Y nosotros, que ya hemos estado en ese lugar, estamos ahí para asesorar y acompañar”.
La entidad conforma una mesa de trabajo a través de la cual ayudan en la investigación y para que la fiscalía luego actué de oficio. “Es lamentable, porque esto ocurre por la ausencia del Estado y las fallas en el sistema judicial. Muchos jueces y fiscales llegan a ese lugar por acomodo y no se perfeccionan, están por el cargo y no por la función en sí misma”.
La asociación comenzó en 2010, junto con otras familias que habían atravesado experiencias similares, y si bien tienen alcance en toda la provincia de Buenos Aires, enfocan su labor en La Matanza, ya que el accionar de la entidad está limitado por la falta de recursos.
“Tenemos personería jurídica, pero no recibimos ningún tipo de ayuda. Solventamos los gastos nosotros mismos”, contó Carballo que construyó la sede de la asociación civil en su propia casa. En la actualidad, la entidad está conformada por 16 personas en la comisión directiva y 200 socios colaboradores. “Necesitamos que se sumen y ayuda para terminar con la construcción del techo, nos falta solo 80 metros cuadrados”, dijo.
El peor de los infiernos
Rubén Carballo (h) fue hallado gravemente herido a metros de la cancha de Vélez, en un terreno baldío con fuertes golpes en la cabeza. Las primeras versiones que entregó la policía señalaban que “el joven había caído desde siete metros mientras intentaba ´colarse´, en el recital de Viejas Locas”. El hecho tuvo lugar el 14 de noviembre y el joven murió el 8 de diciembre.
“Mi hijo estaba manchado de azul, por la pintura del camión hidrante. Tiene marcas de los palazos y de los perdigones de las balas de goma”, había declarado su papá, echando por tierra la versión oficial. De hecho, cuando Rubén fue hospitalizado, tenía su entrada en el bolsillo del pantalón.
La asociación comenzó en 2010, junto con otras familias que habían atravesado experiencias similares, y si bien tienen alcance en toda la provincia de Buenos Aires, enfocan su labor en La Matanza, ya que el accionar de la entidad está limitado por la falta de recursos.
“Tenemos personería jurídica, pero no recibimos ningún tipo de ayuda. Solventamos los gastos nosotros mismos”, contó Carballo que construyó la sede de la asociación civil en su propia casa. En la actualidad, la entidad está conformada por 16 personas en la comisión directiva y 200 socios colaboradores. “Necesitamos que se sumen y ayuda para terminar con la construcción del techo, nos falta solo 80 metros cuadrados”, dijo.
El peor de los infiernos
Rubén Carballo (h) fue hallado gravemente herido a metros de la cancha de Vélez, en un terreno baldío con fuertes golpes en la cabeza. Las primeras versiones que entregó la policía señalaban que “el joven había caído desde siete metros mientras intentaba ´colarse´, en el recital de Viejas Locas”. El hecho tuvo lugar el 14 de noviembre y el joven murió el 8 de diciembre.
“Mi hijo estaba manchado de azul, por la pintura del camión hidrante. Tiene marcas de los palazos y de los perdigones de las balas de goma”, había declarado su papá, echando por tierra la versión oficial. De hecho, cuando Rubén fue hospitalizado, tenía su entrada en el bolsillo del pantalón.
Carballo (h) murió tras permanecer en estado de coma durante 24 días, en el área de terapia intensiva del sanatorio porteño Centro Gallego. “Lo dejaron ahí tirado”, comentó su padre que ahora quiere “pedir testigos que hayan visto cómo le pegaban”. La última autopsia lo acompaña. El 24 de diciembre del año pasado, el cuerpo médico forense estableció que Carballo (h) murió a causa de golpes y no de una caída, como aseguraba la Policía.
Además, un testigo encubierto que prestó declaración en la causa relató haber avisado a la policía que el joven estaba tirado en una de las puertas del estadio. “Es un chico que lo vio tirado ahí y fue a avisarle a la policía”, había contado Carballo en esa oportunidad. Según esa declaración, el testigo describe al policía que llamó por radio e incluso vio cómo el patrullero subió a la víctima desvanecido al móvil policial. La hipótesis es que al joven lo “levantaron”, volvieron con su cuerpo una vez que la misma policía “liberó la zona”.
Además, un testigo encubierto que prestó declaración en la causa relató haber avisado a la policía que el joven estaba tirado en una de las puertas del estadio. “Es un chico que lo vio tirado ahí y fue a avisarle a la policía”, había contado Carballo en esa oportunidad. Según esa declaración, el testigo describe al policía que llamó por radio e incluso vio cómo el patrullero subió a la víctima desvanecido al móvil policial. La hipótesis es que al joven lo “levantaron”, volvieron con su cuerpo una vez que la misma policía “liberó la zona”.
“Mi otro hijo fue privado de la libertad y le armaron una causa por la que estuvo seis meses preso y otros dos con prisión domiciliaria”
“Me han mandado al infierno, porque perder un hijo es el peor lugar en el que uno puede estar, entonces después de eso, nada es tan grave como para no seguir. Yo sigo buscando Justicia”, dijo el padre del joven asesinado. La causa por la muerte de Rubén Carballo (H) continúa y tiene a 8 comisarios procesados.
Si bien el trabajo de la entidad se ha diversificado, en un primer momento se enfocó en este tipo de casos. Es más, por su actividad laboral, Carballo observaba como “molían a palos a los pibes” cuando salían de dos boliches de San Justo. “Hicimos desplazar a todos los efectivos”, recordó.
Andar por esos caminos no ha sido fácil, ni tampoco gratis. “Mi otro hijo fue privado de la libertad y le armaron una causa por la que estuvo seis meses presos y otros dos con prisión domiciliaria, controlado por una pulsera”, contó Carballo.
Andar por esos caminos no ha sido fácil, ni tampoco gratis. “Mi otro hijo fue privado de la libertad y le armaron una causa por la que estuvo seis meses presos y otros dos con prisión domiciliaria, controlado por una pulsera”, contó Carballo.
Según explico el fundador de CAFAVI, al joven le habían “plantado tres armas”. “Dos eran muy viejas y no se podía llegar a su registro. La tercera había sido secuestra a un menor 6 meses antes del hecho del que se acusaba al joven. Y esa misma arma, aparecía en otra causa más”, informó.
“Ese arma que era una prueba, era robada para ponerla en diferentes causas, y nadie se daba cuenta, o no querían darse cuenta”, advirtió Carballo, quien además alertó sobre este tipo de prácticas. “Una causa armada puede tener preso a un inocente dos años, yo me moví y pude sacar a mi hijo, pero otros no pueden”.
No todos los policías son iguales
En mayo último, Carballo mantuvo un encuentro en el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, con el titular de esa cartera, Cristian Ritondo. Allí se habló sobre conformar una mesa de trabajo para el abordaje de diferentes problemáticas de seguridad en la provincia y especialmente en La Matanza.
En ese encuentro también, se gestionó la entrega de 700 chalecos y 10 móviles policiales para el Distrito. “Sabemos distinguir que no todos los policías son malos, ellos están para cuidarnos y a la vez, como ciudadanos nosotros tenemos que recordárselos cuando sea necesario. Son servidores públicos”.
“Ese arma que era una prueba, era robada para ponerla en diferentes causas, y nadie se daba cuenta, o no querían darse cuenta”, advirtió Carballo, quien además alertó sobre este tipo de prácticas. “Una causa armada puede tener preso a un inocente dos años, yo me moví y pude sacar a mi hijo, pero otros no pueden”.
No todos los policías son iguales
En mayo último, Carballo mantuvo un encuentro en el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, con el titular de esa cartera, Cristian Ritondo. Allí se habló sobre conformar una mesa de trabajo para el abordaje de diferentes problemáticas de seguridad en la provincia y especialmente en La Matanza.
En ese encuentro también, se gestionó la entrega de 700 chalecos y 10 móviles policiales para el Distrito. “Sabemos distinguir que no todos los policías son malos, ellos están para cuidarnos y a la vez, como ciudadanos nosotros tenemos que recordárselos cuando sea necesario. Son servidores públicos”.
Otra de las actividades de la entidad, es realizar charlas en colegios secundarios para que los chicos conozcan sus derechos. Además, también están incursionando en la problemática de la violencia de género. “El trabajo que hacemos es muy importante y muchas veces sentimos que no somos reconocidos en La Matanza”, se lamentó Carballo.
Después de varios años de espera, miembros de la entidad se reunieron con la intendenta Verónica Magario, donde se planteó la posibilidad de generar un equipo de trabajo conjunto. La jefa comunal escuchó y se comprometió a pautar un nuevo encuentro para profundizar en el tema.
Después de varios años de espera, miembros de la entidad se reunieron con la intendenta Verónica Magario, donde se planteó la posibilidad de generar un equipo de trabajo conjunto. La jefa comunal escuchó y se comprometió a pautar un nuevo encuentro para profundizar en el tema.
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