El titular de la Oficina Anticorrupción y de Ética Pública sorprendió al decir "No, está bien. Tengo denuncias por demás". Días atrás, después de solicitar que investigue el sumario en su contra, Susana Samaniego denunció a Belondi y Franze por no permitirle trabajar
Una reconocida gestora viene realizando distintas denuncias desde hace varios años, una de ellas, "gestores truchos". Por otro lado, la administradora de un Geriátrico denunciaba un supuesto pedido de coimas para que no le clausuren el lugar y no lograba la habilitación a pesar que el intendente Fernando Espinoza y el titular de la Oficina Anticorrupción y de Ética Pública estaban enterados del tema y además, hay una denuncia penal. Sin éxito, Viola redobló la apuesta. Dos historias que se cruzan sin saber.
Los geriátricos: la otra Caja de Pandora que nadie quiere abrir
El número 26 del Periódico S!C (18 de febrero de 2013) se tiluló $15.000. Allí el medio decía: Elia Viola es administradora del Geriátrico “Hogar de Abuelos San Cayetano”, situado en Eizaguirre 986 de San Justo. El 2 de noviembre de 2011, seis inspectores clausuraron el lugar por ejercer la actividad sin la correspondiente habilitación, hasta ahí una decisión acertada de los empleados municipales.
Empero, la historia había empezado tiempo atrás. Días antes de la clausura, Elia Viola se acercó hasta las oficinas que el Municipio posee en el tercer piso de Irigoyen 2562. La mujer quería que alguien escuchara su historia, quería contar que la inspectora Adriana Noemí Vallades venía realizando llamativas y “reiteradas visitas” al lugar “sin intención alguna de controlar y/o supervisar la documentación y/o el funcionamiento integral del geriátrico”.
La administradora de San Cayetano explicó que Vallades, en sus reiteradas visitas, “se negó a controlar libros y documentación”, como así también a “recorrer el lugar”. Parecía estar interesada sólo en hablar con los dueños.
Fueron tres meses de visitas reiteradas, explicaría Viola después. Fueron varios los intentos de la mujer por hablar con alguna autoridad municipal. Hasta que “el jefe general de inspectores”, así lo identificó, la invitó a solucionar su problema con la propia Vallades. Fue allí cuando la inspectora le pidió continuar la charla en el restaurante Tokio, de Arieta e Irigoyen, donde le habría realizado la incómoda pregunta: “¿Cómo arreglamos esto?”. La idea de la inspectora era llegar a “un arreglo de 15 mil pesos” y para eso también se habría hecho presente el inspector Marcos Antonio Mansilla (Legajo N° 20.530).
Días después, la administradora del geriátrico volvió a las oficinas de Control Comunal y fue atendida por Vallades. La inspectora la deriva al despacho del “jefe general de inspectores”, así lo identificó, pero el secretario le sugirió solucionar su problema con la propia Vallades. Ese día se generó una fuerte discusión con Vallades en medio de su negativa a abonar el dinero supuestamente solicitado. La siguiente medida fue la clausura.
Un minucioso detalle de cada situación fue relatado por Elia Viola en tres oportunidades: una carta para el intendente Fernando Espinoza, donde se pidió un sumario para Vallades, una denuncia penal contra la inspectora, y una presentación en la Oficina Anticorrupción y de Ética Pública de La Matanza a cargo del Dr. Miguel Ángel Bruno. En ninguno de los casos hubo respuesta.
Gestoría
"Los caballeros no tienen memoria y las damas no tienen pasado" suele decir un reconocido prestidigitador.
Una reconocida gestora viene realizando distintas denuncias desde hace varios años, una de ellas, "gestores truchos". Por otro lado, la administradora de un Geriátrico denunciaba un supuesto pedido de coimas para que no le clausuren el lugar y no lograba la habilitación a pesar que el intendente Fernando Espinoza y el titular de la Oficina Anticorrupción y de Ética Pública estaban enterados del tema y además, hay una denuncia penal. Sin éxito, Viola redobló la apuesta. Dos historias que se cruzan sin saber.
Los geriátricos: la otra Caja de Pandora que nadie quiere abrir
El número 26 del Periódico S!C (18 de febrero de 2013) se tiluló $15.000. Allí el medio decía: Elia Viola es administradora del Geriátrico “Hogar de Abuelos San Cayetano”, situado en Eizaguirre 986 de San Justo. El 2 de noviembre de 2011, seis inspectores clausuraron el lugar por ejercer la actividad sin la correspondiente habilitación, hasta ahí una decisión acertada de los empleados municipales.
Empero, la historia había empezado tiempo atrás. Días antes de la clausura, Elia Viola se acercó hasta las oficinas que el Municipio posee en el tercer piso de Irigoyen 2562. La mujer quería que alguien escuchara su historia, quería contar que la inspectora Adriana Noemí Vallades venía realizando llamativas y “reiteradas visitas” al lugar “sin intención alguna de controlar y/o supervisar la documentación y/o el funcionamiento integral del geriátrico”.
La administradora de San Cayetano explicó que Vallades, en sus reiteradas visitas, “se negó a controlar libros y documentación”, como así también a “recorrer el lugar”. Parecía estar interesada sólo en hablar con los dueños.
Fueron tres meses de visitas reiteradas, explicaría Viola después. Fueron varios los intentos de la mujer por hablar con alguna autoridad municipal. Hasta que “el jefe general de inspectores”, así lo identificó, la invitó a solucionar su problema con la propia Vallades. Fue allí cuando la inspectora le pidió continuar la charla en el restaurante Tokio, de Arieta e Irigoyen, donde le habría realizado la incómoda pregunta: “¿Cómo arreglamos esto?”. La idea de la inspectora era llegar a “un arreglo de 15 mil pesos” y para eso también se habría hecho presente el inspector Marcos Antonio Mansilla (Legajo N° 20.530).
Días después, la administradora del geriátrico volvió a las oficinas de Control Comunal y fue atendida por Vallades. La inspectora la deriva al despacho del “jefe general de inspectores”, así lo identificó, pero el secretario le sugirió solucionar su problema con la propia Vallades. Ese día se generó una fuerte discusión con Vallades en medio de su negativa a abonar el dinero supuestamente solicitado. La siguiente medida fue la clausura.
Un minucioso detalle de cada situación fue relatado por Elia Viola en tres oportunidades: una carta para el intendente Fernando Espinoza, donde se pidió un sumario para Vallades, una denuncia penal contra la inspectora, y una presentación en la Oficina Anticorrupción y de Ética Pública de La Matanza a cargo del Dr. Miguel Ángel Bruno. En ninguno de los casos hubo respuesta.
Gestoría
"Los caballeros no tienen memoria y las damas no tienen pasado" suele decir un reconocido prestidigitador.
Lagana —Hola
Viola —Hola, sí… Hablo con… Quería hablar con el hijo de Andrés Lavagna
Lagana —Lagana
Viola —Sí, Lavana…
Lagana —La-gana
Viola —Sí, Lavana…
Lagana —Sí
Viola —Eh… eh… Por una habilitación
Lagana —Sí, me espera un segundito, ya le abro, eh?
Viola —Dale
Dos minutos después... |
Lagana —Hola
Viola —Hola
Lagana —Pasen
Viola —¿Qué tal?
Lagana —Sí, ¿cómo le va?... Matías
Viola —Sí, tenes los mismos ojos que tu papá…
Lagana —JaJaJa… Suban. Ya termino con una… persona y los atiendo.
Viola —Bueno
Lagana —Primero…
Lagana —Tomen asiento ahí…
Tiempo de espera... |
Contreras —¿Qué tiene?, ¿un pajarito, no?... ¿Un pajarito?
Lagana —Si… un pajarito. Dos.
Contreras —¿Qué son?
Lagana —Jilgueritos
Contreras —¡Ah, que lindos…!. Allá están.
continuará...