Un vecino de Ramos Mejía, que suele realizar inspecciones en discotecas de la zona, vio cómo empleados de un bar quitaban las fajas de clausura que funcionarios de la Provincia acababan de poner y siguieron trabajando como si nada hubiese ocurrido. Al discutir con los sujetos, fue agredido hasta el desmayo.
La víctima, Miguel Presa, forma parte de un grupo de 12 vecinos que suele hacer sus propias inspecciones oculares en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, popular por su movida nocturna, cansados de que los operativos municipales no se realicen adecuadamente.
La madrugada del sábado, los vecinos salieron a hacer sus controles y vieron cómo empleados de Antoinette Resto Bar Club, ubicado en la calle Alem 475, quitaban las fajas de clausura que funcionarios de la Provincia de Buenos Aires acababan de colocar por falta de documentación habilitante, y continuaron trabajando con normalidad.
Acto seguido, Presa y sus acompañantes fueron a pedir explicaciones a los trabajadores y se produjo un intercambio de palabras. En un momento, Presa se retiró para ir a comprar a un kiosko y fue atacado brutalmente por desconocidos, que le pegaron hasta que perdió el conocimiento.
“Cuando desperté, me estaban cuidando dos personas que me decían que ya habían llamado a la Policía y una ambulancia, yo quería ir hasta la sala de primeros auxilios de Ramos pero no me dejaban moverme, y además me di cuenta de que estaba muy mareado”, relató Presa.
Cuando llegaron los médicos de emergencia detectaron que el hombre tenía varios cortes en el rostro y detrás de una oreja, por lo que decidieron trasladarlo hasta el hospital Güemes.
En el centro de salud tuvieron que suturarle la oreja y ambos párpados, además de realizarle una tomografía computada, placas radiográficas y una ecografía.
Internado con suero y analgésicos, Presa permaneció en el hospital hasta el sábado a las 17, cuando le dieron el alta médica y pudo regresar a su domicilio.
Según el referente vecinal, no sería difícil reconocer a, al menos, dos de los sujetos que lo lincharon. La policía sospecha que el hecho está directamente relacionado con el “operativo de inspección vecinal” encarado durante esa madrugada, y las miradas apuntan hacia los propietarios de uno de los boliches.
La idea era detectar las evidentes irregularidades que se registran cada fin de semana y realizar encuestas que podrían aportar más detalles de tales anomalías.
Crónica TV