Centro de polémicas debido a una cámara oculta que evidenció juego clandestino; el conflicto entre los frentistas y el local nocturno data de hace 15 años.
Caín 007. Av. Rivadavia 14.680 |
“Pusimos carteles haciendo saber que no queremos que abra otro boliche en la zona. Ni Caín ni otro. No queremos ningún boliche, esta es una zona residencial. No se puede estar así, estamos cansados”, declara Guido Galmarini ante NCO.
Ubicado en avenida Rivadavia 14.702, actualmente tanto el pub Caín Pool como su contraparte Caín Resto Bar, que está a tan solo 30 metros de diferencia respecto al primero, está cerrado debido a una cámara oculta de un programa de televión (América) donde puso de manifiesto que allí tenía lugar un casino ilegal. “Cierra porque un montón de medios lo ponen como un centro de polémica y el intendente se ve muy presionado por los vecinos y la prensa”, razona el frentista que vive sobre una calle paralela a la del boliche.
Para los vecinos el casino trucho era un secreto a voces: “Caín no salía en ningún lado porque tenía arreglo con la Policía, con el jefe de la comisaría. Había un montón de movidas con la plata que hacía. Los vecinos dijimos `basta´ y partir de una cámara oculta, que salió en la televisión, lo clausuran”. Y si bien no tienen pruebas, se animan a decir que también habría habido hechos de prostitución en el boliche.
El joven vecino siente que el tener que haber esperado una reacción -después de 5 lustros de conflicto- tras una cámara oculta los “están tratando como si no entendiésemos que está pasando. O sea, los vecinos no importan e importa más el boliche, que traiga más gente, que se haga conocido Ramos, que mueva un montón de plata y pasen un montón de cosas que no están permitidas”.
El día siguiente a la pegatina de carteles por la zona “para que la gente no se olvide, ya que si no se acuerda puede volver a abrir Caín” –el miércoles por la mañana- los vecinos se encontraron con que muchos de ellos habían sido arrancados. Galmarini cree que fue “gente de otro barrio, que no tiene nada que ver con Caín”.
Los carteles estaban destinados expresamente al Intendente Fernando Espinoza, donde los frentistas hacen saber su inconformidad con situación. Entre los problemas que consideran que les genera el vivir tan cerca de un boliche están “los trapitos por todo el barrio diciéndole a la gente lo que tenían que pagar por estacionar en su propia casa” y “cuando la gente sale de bailar se suele pelear y a veces hubo tiros”. “Estamos en una zona residencial, donde pagamos los impuestos más caros y tenemos un boliche. Hay un lugar para boliches y un lugar para zona residencial”, condensa Galmarini.
Junto con los carteles pegados los vecinos resolvieron enviar una carta al municipio, la cual aún “no recibió respuesta”.
NCO pudo comprobar que hoy el boliche esta cerrado. Sin embargo, la preocupación de los vecinos es lo que puede estar pasando en lo que era Caín Restaurante (ubicado en avenida Rivadavia 14.680), que había cerrado al mismo tiempo que el boliche y ha recibido un lavado de cara a su fachada. “En el local donde estaba Caín Resto Bar se esta abriendo uno nuevo donde se pueden ver las luces que se prenden a la noche. Sigue siendo un 20 por ciento de los dueños de Caín, aunque ellos dicen que no tienen nada que ver” asegura Galmarini.
“Estamos cansados que nos traten como si no entendiésemos nada”, se queja el vecino.
RMT aclara
La presidente del HCD La Matanza, Verónica Magario, no recibe a los frentistas pero está notificada hasta el día de la fecha de todo lo que ocurre en Caín, como así también sobre las actuaciones de Alberto Jesús Olmos, Ricardo Daniel Espósito y Verónica Natalhie Salvadores. De igual forma, el intendente Fernando Tomás Espinoza.