Es un fraude al electorado
Correo de lectores
Una persona que fue electa para una cargo debe asumirlo hasta el fin de su mandato. Menos aun puede encabezar una lista sabiendo que no va asumir. Eso es un fraude al electorado que lo eligió para que se desempeñe en otro cargo, aunque no existe ninguna prohibición porque nadie pensó que se podía llegar a hacer algo así.
En caso de que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, llegase a ser candidato a diputado, tendría que dedicar gran parte de su tiempo a la campaña, lo que le quitaría horas a su gestión de gobernar. Encima, después no va a asumir.
El caso de la vicejefe de Gobierno Gabriela Michetti es también anómalo. Se baja de su vicepresidencia para encabezar una lista de diputados nacionales en las próximas elecciones.
Habría que hacer una reforma electoral para que esas prácticas se prohíban. Se tendría que invalidar la candidatura de una persona que está cumpliendo el mandato popular.
La población no debería votar a quienes hacen llevan adelante esto, ya que se trata de una práctica que es desleal. Habría que hacer una campaña para denunciar esto. Es una estafa al voto del elector.
Si bien poner un candidato conocido al frente de las listas es un tema de necesidades políticas, no se puede desconocer que hay un compromiso con el electorado. Muchos de los partidos hacen una oferta que después no cumplen y, lamentablemente, no hay ninguna regulación para este tipo de maniobras, que lo único que logran es seguir erosionando la falta de legitimidad ante la ciudadanía.
Es preciso comprender que esto obedece a la debilidad estructural de los partidos y a un efecto de personalización de las candidaturas dentro del terreno político. Votamos caras, no proyectos. A su vez, todo ello está inscripto en un contexto de debilidad general. Lo cierto es que no hay una condena cívica. No hay demanda de que eso no se vuelva a hacer ni control entre pares, porque esa práctica es llevada adelante por parte de los diferentes partidos. Por eso, habría que aumentar el castigo social sobre estas cuestiones.