TODO PUEDE CAMBIAR
Hoy fui al municipio, y creí que realmente que todo empezaba a cambiar, porque fui atendida como lo merece un ciudadano. No puedo olvidar que mi lucha empezó hace dos años, cuando mi casa se movía como si existiera un terremoto, y que de la obra de al lado vertían 300.000 litros de agua, recurso no renovable durante un año.
Me puse en manos de la justicia, en bien debí apelar y sufrir el riesgo de que mis bienes fueran atacados por segunda vez, me puse en manos de la justicia, de la Exma Cámara de tribunales, quien considero mis pruebas y protegió mi vida y la de terceros.
Estoy también agradecida a los medios, quienes siempre estuvieron de los dos lados, siendo imparciales, pero quienes me dieron la oportunidad de difundir mi lucha por mis derechos personales, que son los de todos, aunque todos no lo tomen así.
La lucha sigue, por el fondo de la causa, todo aquel que se apersone en mi casa, constatará la elocuencia de la que hablo, la violación a los derechos básicos en la intimidación de cualquier hogar
Nancy