martes, noviembre 15, 2011

Flor de problema

Los propietarios del edificio Sargento Cabral 650 vienen denunciando sin respuesta, hechos de complicidad entre delincuentes y la policía. Por irregularidades en la construcción no pueden escriturar.

Sargento Cabral 650. Por irregularidadesvarias, los propietarios no pueden escrituras.


Correo de lectores


10 de noviembre del 2011

Se realizó un operativo muy importante en la calle Sargento Cabral 650, de Ramos Mejía. Se secuestraron armas y estupefacientes. El lugar nuevamente sirvió de refugio a delincuentes (colocados de la villa Carlos Gardel y Fuerte Apache principalmente), un proyecto de embajada o anexo de ambas villas para hechos delictivos con sede en Ramos Mejía. Muy atractivo por cierto, gracias al complejo trucho que desde el 2005 nunca terminó de registrar el arquitecto Néstor Omar Pisano, que consta de piscina y solárium.

Se arrestó algún delincuente, esta vez con pedido de captura por dos homicidios, y ya que ha tenido muy poca difusión un hecho tan importante habrá que agradecer a instituciones de seguridad aledañas a Ramos Mejía por realizar con bastante eficacia el operativo: Gendarmería, Brigada Halcón y a la policía de San Martín, aunque según trasciende, aún hay algunos cómplices fugitivos.

Estos seguramente solo son problemas entre vecinos dirán las voces de las instituciones cómplices, pero los vecinos de Ramos Mejía ya dejamos de masticar vidrio y no creemos en las casualidades.

Resulta llamativo que un edificio tan frecuentado por la policía de Ramos Mejía "socializados" con algún abogad@ local, quienes festejaron y alentaron las amenazas y los agravios antisemitas, intercambiaron teléfonos mientras tanto la muerte sospechosa de un vecino no queda clara ( PB C), ya que el policía a cargo de sus pertenencias fue el mismo que liberó el terreno durante hechos delictivos ya publicados en la Plaza Mitre.

En síntesis, se hallaron en el lugar armas, drogas y personas con pedido de captura por al menos dos homicidios (gravísimo). Queda confirmado el circuito de delincuencia que va a lo largo de la calle Sargento Cabral.

Faltaría investigar a propietarios del propio edificio que sirvieron como asesores y nexo entre estos corruptos y los delincuentes. En síntesis: fueron ocultados hechos de homicidios, antisemitismo, amenazas, violación de domicilio, robo, lesiones, abuso de autoridad, homofobia y complicidad.

Los funcionarios de Ramos Mejía y La Matanza en general. deberían dar la cara y aclarar la situación, de lo contrario solo será otra muestra de ocultamiento y complicidad de hechos aberrantes contra la comunidad judía, minorías sexuales y contra la población de Ramos Mejía en general por permitir que se llene de okupas delincuentes toda la zona.