Aunque usted no lo crea...
- Este es un geriatrico muy conocido en Ramos Mejía que ha sido visitado por varios arquitectos que ofrecen "platita" para construir. Los dueños nunca pensaron en vender y como castigo les declararon la guerra.
Recibe presiones de los inspectores haciendoles la vida imposible. La cocinera, presionada, tuvo que llevarse su gato que era la mascota del lugar y compania de nuestros mayores. El extremo llegó cuando tampoco pueden tener palomas en el patio. Aunque usted no lo crea, los abuelos no pueden tirarles mijas porque el establecimiento puede ser sancionado.
Al lado de este geriátrico se encuentra la Descentralización Municipal Noroeste y este hecho fue denunciado por Olga Sabitay, quien conoce el lugar y por el cual guarda un afecto especial porque su Padre vivió sus últimos días.