jueves, junio 20, 2013

Villa Constructora, del mate en la vereda a pasacalles por seguridad

En los últimos 50 días mataron a seis vecinos en intentos de robo. Por miedo, cambiaron sus hábitos y toman recaudos. Con carteles en las calles, convocan a las marchas que organizan. Y hasta un cura anuncia en sus misas las movilizaciones.





Hubo un tiempo en el que el barrio de calles de asfalto y casas bajas, donde cada tanto se mecha un depósito o taller en el que el vecino de turno se gana la vida, supo ser tranquilo. Las calles invitaban al encuentro y a las charlas. Los juegos de chicos y las caminatas a la escuela, el quiosco o el almacén eran cosa de todos los días, nadie se las replanteaba. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, y debido una serie de crímenes que azota la zona, esas mismas callecitas de Villa Constructora adquirieron rasgos fantasmales por la soledad que se apodera de ellas en determinadas horas del día. 

Enmarcado por las calles León Gallo, Peribebuy; la ruta 3 y Camino de Cintura, el barrio matancero comenzó a ganar espacios en los medios durante el último mes y medio debido a la sucesión de robos violentos que tuvieron finales trágicos. El último episodio fue el miércoles pasado, con el asesinato de Jorge Aguirre (ver Un asesinato...). También les tocó vivir de cerca el crimen de Miguel Angel Gianluca (ver Lo mataron...), un vecino del barrio que fue asesinado el lunes a la noche en San Justo, a 20 cuadras de ahí. 

Desde que a Nicolás Rodríguez, el joven que repartía verduras, lo mataron el 26 de abril cuando intentaron robarle el auto en la puerta de la casa de sus padres, hasta el de Miguel, sucedido el lunes, ya suman seis las víctimas fatales en ocasión de robo y los vecinos se debaten entre el miedo y el dolor por las tragedias. 

“Esto se profundizó en el último año. Antes era un barrio tranquilo. No te voy a decir que no había robos, pero no esta cosa violenta y sacada como hay ahora en donde tu vida para ellos no vale nada”, cuenta Mariela, una de vecina del barrio que no quiso dar su apellido por temor. 

“Mi hija va a la escuela que está a cinco cuadras de mi casa y la llevo y voy a buscar para que no ande sola, porque tengo miedo de que le pase algo”, confía amargada por la impotencia de sentirse presa dentro de sus propia casa. 

“El problema se agudizó por los pibes de las villas Palito y San Petersburgo. Están muy sacados. Los ves andar por las calles totalmente enceguecidos. Los muchachos salen a ganarse la plata a como de lugar. Pero no trabajando, porque quieren lo nuestro”, remarca con bronca un vecino a través del vidrio repartido de su portón con rejas. Su casa está sobre Derqui, esquina Peribebuy, justo frente al predio en el que prometieron instalar la comisaría que, tras dos marchas en reclamo de seguridad, consiguieron los vecinos. 

“Hace dos años que estoy en la Parroquia (Santa Rita) y ya sufrí ocho robos. Muchos fueron arrebatos pero uno fue una entradera violenta. Vivimos con la ‘muerte’ como algo cotidiano”, dice el cura, que anuncia en sus misas los días de las marchas. 

Otros vecinos, mientras, recurren a los pasacalles para informar sobre las movilizaciones que organizan junto a familiares de las víctimas. “Tenemos miedo que los roben o los rompan, pero los ponemos para que la gente se entere de lo que se hace”, cuentan.



RMT aclara

La imagen utilizada por el Zonal La Matanza del Diario Clarín para ilustrar la nota, correspondiente al Periódico Uno. La foto (37158_constructora) era parte del artículo periodístico "Matan a otro comerciante en Villa Constructora" (Artículo=37158) que horas después de su publicación apareció borrada en el portal. (Ver ¿Algo está pasando?).