viernes, junio 21, 2013

Brasil: violencia en las masivas protestas de indignados en más de 80 ciudades

Cientos de miles de personas se manifestaron en todo el país; la presidenta Dilma Rousseff canceló el viaje que tenía previsto a Japón la semana próxima, debido a la convulsión social




RïO DE JANEIRO — Cientos de miles de brasileños se volcaron a las calles de, por lo menos, 80 ciudades, para exigir servicios públicos de calidad y denunciar los gastos en el Mundial de fútbol, pese a la reciente ola de rebajas del precio del transporte. Hubo choques con las fuerzas de seguridad en las principales capitales estatales.

La presidenta Dilma Rousseff, a su vez, canceló el viaje que tenía previsto la semana próxima a Japón debido a la convulsión social que vive el país. Y convocó a una reunión de emergencia en el Palacio del Planalto.

En Salvador de Bahía, la policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma contra manifestantes que estaban concentrados a dos kilómetros del estadio donde jugaron Nigeria y Uruguay por la Copa Confederaciones. Los protestantes tiraban piedras para intentar traspasar una barrera y aproximarse más al recinto. Al menos un manifestante fue herido por bala de goma, y también hay un policía herido.  

Miles de personas gritaban "íEl gigante despertó!" y coreaban consignas contra la presidenta Dilma Rousseff, contra la homofobia y el racismo. Miles más se concentraron en la Iglesia de la Candelaria, en el centro de Rio de Janeiro, con el plan de marchar hacia el estadio Maracaná, donde se enfrentaron España y Tahití.

INDIGNACIÓN GENERAL

."¿Hay mucha gente en el Maracaná? Imagina en la fila de la emergencia de un hospital público?", se leía en una pancarta. 

En Brasilia, grupos de manifestantes intentaron ingresar por la noche en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería brasileña, mientras en San Pablo militantes del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) fueron atacados. 

La policía impedía a usuarios del subte descender en las estaciones cercanas al Maracaná para evitar que se concentren allí manifestantes, según el diario O Globo, y sólo dejaron pasar a quienes exhibían entradas para el partido. 

En Salvador de Bahia, la policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma contra manifestantes 

En Recife, otra sede de la Copa Confederaciones, un ensayo general para el Mundial del año próximo, más de 50.000 personas ganaron las calles, según la policía. A medida que la multitud avanza pacíficamente por el centro de la ciudad, la gente les lanzaba papeles blancos desde lo alto de los edificios.




Las protestas, que preocupan al gobierno de Dilma Rousseff y a la clase política en general, comenzaron la semana pasada para exigir la revocación de un aumento anunciado en el precio del boleto de autobús, metro y tren.

En las sucesivas protestas, se sumaron otros reclamos y denuncias, como la decisión oficial de destinar 15.000 millones de dólares a la Copa Confederaciones y el Mundial 2014.

Los manifestantes expresaron su indignación por el aumento del costo de vida y la mala calidad de los servicios, en momentos en que el país, mundialmente famoso por sus programas sociales que sacaron a millones de la pobreza, registra una inflación en alza.

También denuncian la corrupción arraigada en la política brasileña y reclaman mayores inversiones en educación, salud y seguridad. Se trata de la mayor protesta en dos décadas en Brasil, un país donde la población no acostumbra salir a las calles a expresar su descontento.

La Nación


RMT aclara

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