miércoles, mayo 30, 2012

La casa está en desorden

En el Municipio hay aplausos en público y bombardeo en privado mientras las posibles líneas sucesorias siguen marcando territorio...




El intendente de La Matanza Fernando Espinoza aprovecha cualquier oportunidad para reiterar hasta el hartazgo su pedido de lograr la “unidad monolítica” del Partido Justicialista. Esa repetición discursiva no hace más que evidenciar la fragmentación que vive el PJ local desde antes de su reasunción. 

La ausencia del exvicegobernador Alberto Balestrini no pudo ser superada en la estructura del oficialismo, a punto tal que sus más fieles seguidores avanzan en su propio armado contra las teorías que posicionan a Verónica Magario como la sucesora natural del actual jefe comunal. 

Cuando, en noviembre último, el Periódico S!C anunció que Fernando Espinoza dejaría su lugar para escalar otras esferas del poder, desde el oficialismo se espantaron y hubo quienes criticaron tal afirmación justificando la defensa en el amplio triunfo obtenido por el intendente en octubre. A siete meses de aquellas especulaciones internas que se hacían en el justicialismo matancero, hoy se reafirman las posibilidades. 

De hecho, el Intendente tiene claras pretensiones de conducir el PJ a nivel provincial, un lugar que le serviría de trampolín para empezar a jugar en otros escenarios. El 7 de mayo último, el oficialismo realizó la ya clásica ceremonia para recordar el natalicio de Eva Perón. Pero esta vez hubo un discurso, en pleno Palacio Municipal, que despertó todo tipo de análisis.  

Fue Rosa “Pocha” Medina, la esposa del fallecido intendente Federico Russo, la encargada de tirar un mensaje que hizo eco a nivel bonaerense. “En nuestra vida debe existir un solo ‘ismo’, el peronismo, peronismo sí, otra cosa no”, dijo efusivamente la funcionaria comunal. “Discúlpenme compañeros que diga esto, verdaderamente creo que debemos llevar en nuestros corazones y en nuestra alma la verdadera doctrina justicialista, de Juan Domingo Perón y Eva Perón, si no, no deberíamos llamarnos peronistas”, abundó la coordinadora de Delegaciones Municipales. 

La funcionaria le agradeció a Fernando Espinoza por haberle permitido tirar ese mensaje: “Es un tema que tengo adentro, veo tantas cosas que a mí no me agradan, y sé que seguramente a ustedes tampoco le agradan; Todo lo que se está haciendo ahora, todo lo que se está logrando ahora es lo que Perón empezó en 1955, no nos olvidemos, nosotros somos peronistas de Perón y Eva Perón”. 

El mensaje de Rosa Medina pareció un desahogo, un intento por romper con el desaire que recibió la gente de Fernando Espinoza en el acto que Cristina Kirchner encabezó en Vélez, donde el Intendente no pudo subir al palco. 

Reuniones clave 

Tras el acto en el Municipio, Verónica Magario se dirigió a su despacho de la presidencia del Concejo Deliberante. Allí se desarrolló una reunión que pareció dar respuesta al pedido de Fernando Espinoza, cuando dijo que el PJ estaba “quieto”. En la oficina de la presidenta del CD estaban el senador provincial Daniel Barrera, el diputado provincial Gustavo Silva, y los funcionarios comunales Alberto Vitale y Liliana Pintos, entre otros. ¿El tema? La reorganización de la agrupación Ramón Carrillo, espacio emblemático que lideraba Alberto Balestrini. 

Fue en ese encuentro, donde Barrera dijo que algunos legisladores bonaerenses ya le habían consultado sobre las aspiraciones de Espinoza de cara a la conducción del Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires. Dos días después hubo otra reunión, más amplia y con asado incluido. Fue para conmemorar aquel 9 de mayo en que Alberto Balestrini le ganó la elección interna al sector liderado por Alberto Pierri. 

El escenario fue la sede de la agrupación Ramón Carrillo, en San Justo, en un encuentro encabezado por Espinoza y Magario, y del que sorpresivamente participó el expresidente del Concejo Deliberante Daniel Castro, a quien nadie esperaba. 

Hoy el denominado balestrinismo puro parece seguir perdiendo fuerzas. De hecho, desde las trincheras de Verónica Magario, hay quienes se animan a decir que se verán “obligados a negociar”. A los que también hay que convencer es a los dirigentes neutrales, esos que no se meten en la pelea hasta tanto no estén seguros de quién será el vencedor. 

Por lo pronto, en los actos oficiales todos parecen “amigos”, pero hacia adentro, el PJ matancero está a los empujones. La embestida de Verónica Magario colocando personal de su confianza en un sinfín de áreas comunales tampoco cae bien entre balestrinistas y “satélites”. Todas las señales del Intendente siguen indicando que es “la elegida” para sucederlo. 

Las incógnitas continúan centrándose en quién la apoyará y qué ocurrirá cuando Fernando Espinoza deba elegir entre Daniel Scioli y Cristina Kirchner, en esa balanza que se resquebraja con el correr de los días.