Impulsados por organizaciones o emprendimientos personales, crecieron en gran número para estas fiestas los mensajes de concientización sobre los riesgos de utilizar cohetes. Algunos piden, directamente, la prohibición.
Los humanos compartimos nuestros hogares con otros animales a quienes amamos y que nos hacen compañía. Sin embargo, ellos no perciben su mundo como nosotros. Su sentido del oído es mucho más agudo, lo cual provoca que sean muy sensibles a la bulla extrema causada por los juegos artificiales.
Los petardos alcanzan hasta 190 decibeles (una sirena registra 120) bastante más de los 85 decibeles que el oído de los perros puede soportar pues son muy sensibles a la exposición o ruidos tóxicos.
Taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, sensación de irrealidad, pérdida de control, miedo a morir... es lo que siente un animal cuando se tira pirotecnia. Hay muchas maneras de festejar sin lastimar a otros, decile: no a la pirotecnia!