Fue tras la insistencia de los vecinos. Obras Particulares mandó paralizar la obra pero, hasta la tarde de ayer, los obreros avanzaban en sus tareas. La Comuna adujo que no existen las medidas de seguridad e higiene adecuadas.

El interminable reclamo de Ramos Mejía
Tantos años de reclamos, recorridas por oficinas gubernamentales, marchas y exposición pública no hicieron que los vecinos de Ramos Mejía pierdan su capacidad de sorpresa. En la tarde del miércoles, Nancy Devoto salió de su casa y no pudo ocultar el estupor que mostraba su rostro al ver su automóvil cubierto por manchas de pintura sintética. Pero la historia siguió en la parte trasera de su vivienda: la ropa tendida también había modificado su color.
La inesperada lluvia de pintura caía desde el imponente edificio de 20 pisos que se encuentra lindero a su domicilio, en Vicente López 239. El hecho no fue nuevo para Nancy; igual situación vivió el año último y lograr reparar los daños provocados en su vehículo tuvo un costo de 10 mil pesos.
La mujer advirtió que dentro del edificio había inspectores municipales, y esperó que salieran del lugar para informarles lo sucedido. Los empleados comunales sólo explicaron que en ese momento no se estaban realizando trabajos de pintura por lo que “no podían informar al Municipio de algo que no habían visto”.
Pero esta vez Nancy Devoto no se iba a limitar a tragarse la bronca. Ayer, acompañada por otros dos vecinos, llegó hasta las oficinas de Fiscalización de Obras y Regularización Catastral (ex Obras Particulares) del Municipio, en San Justo.
Los frentistas fueron atendidos por Edith Viani, a cargo del área, que se puso a la cabeza del reclamo. La decisión de la funcionaria fue automática: la obra se encontraba desde ese momento paralizada de manera preventiva por no contar con las medidas de seguridad e higiene necesarias.
Según relataron a NCO los vecinos, la funcionaria llegó hasta el llanto al escuchar su relato que, en varios tramos, estuvo inevitablemente plagado de muestras de fastidio y hartazgo.
Pero la noticia era medianamente buena; luego de varios años de reclamos incesantes habían logrado detener los trabajos en la obra -que catalogaron como ilegal- hasta tanto cumplan con mínimas normas que no perjudiquen a las casas linderas. Luego seguirían esperando los procesos legales que iniciaron pidiendo detener este tipo de construcciones.
Nada cambió
Una comunicación con otros vecinos de la cuadra terminó por desvanecer el primer entusiasmo. Fue cuando se enteraron que, a pesar de la disposición del Gobierno local, los obreros seguían trabajando en el lugar como si nada hubiese ocurrido.
“La obra está tomada por los trabajadores”, habría atinado a decir Edith Viani. Los frentistas supieron entonces que la historia podría volver a repetirse si la UOCRA (el gremio de la construcción) “en lugar de defender los derechos de los trabajadores y su propia seguridad, los vuelve a enfrentar con los vecinos”.
“Ya me ocurrió una vez que la gente del Sindicato me hizo un escrache frente a mi casa”, recuerda Nancy a la vez que sostiene: “El gremio no sólo debe defender la continuidad laboral de la gente que allí trabaja, también debe velar por la seguridad de los trabajadores que, en este y otros casos, nosotros mismos podemos observar que trabajan sin las más mínimas condicione de seguridad”.
Diario NCO
http://diarionco.com/hoy/2011/01/14/el-municipio-paro-ayer-una-obra-de-ramos-mejia-pero-la-empresa-no-acato-la-orden/