Mientras el jueves pasado, en Ramos Mejía baleaban al empleado de una pizzería ubicada en Moreno al 100, le rompían la cabeza a un vecino en una salidera bancaria en Av. de Mayo al 400 y entraban a robar en “Matu” un maxi kiosco, ciber y locutorio ubicado en Macho Vidal 40 llevándose $4.000, lo peor de ese día para el arquitecto Gerardo De Carlo, fue encontrarse en el COTO con los vecinos autoconvocados…
De Carlo fue increpado cuando advirtieron su presencia en el COTO. Insultaron al arquitecto y si bien los autoconvocados presentes se encargaron de remarcar que "la cosa no pasó a mayores" hubo mensajes fuertes para los constructores.
Más allá del típico "Corrupto", "Chorro", "Asesino", una frase sonó fuerte pero logró el apoyo de de vecinos que se encontraban comprando en el supermercado: "Vamos a ir a las oficinas de estas empresas, al lugar donde se esconden las ratas, a escracharlos, para que los vecinos sepan que clase de gente son”.
Los vecinos se acercaban y apoyaban a los autoconvocados denunciando que Ramos Mejía no da para más, no se soporta tanta corrupción. Recordamos que desde la obra Vicente López 239 siguen cayendo “proyectiles” hacia la casas linderas e interviene la fiscalía.
RMT aclara:
Hasta cerca del siglo XVIII, las pesadillas eran a menudo consideradas obras de monstruos, los cuales se creía se sentaban sobre los pechos de los durmientes, oprimiéndolos con su peso, lo que originó el nombre de pesadilla (nombre derivado de peso). Varias formas de magia y posesión espiritual también se consideraban causas.
Actualmente se sabe que las pesadillas son provocadas por causas psicológicas, tales como un trauma inusual, estrés en la vida del durmiente o el Mea culpa.
Generalmente, después de que el individuo despierta tras de haber tenido una pesadilla, no vuelve a experimentarla al dormirse nuevamente y sigue actuando igual en la vida cotidiana…