Investigaciones mal hechas, chicanas de abogados y pericias sin rumbo: por primera vez, un análisis de varios juicios al que accedió Clarín muestra por qué las coimas y los fraudes siguen impunes.
La noticia, hace dos semanas, dejó un regusto amargo en tiempos de fuerte desconfianza hacia la honestidad de los funcionarios públicos: después de catorce años de juicio, por un acuerdo entre las partes para evitar que el proceso se siga extendiendo y todo quede en nada, los siete acusados por el pago de coimas en un contrato entre la empresa IBM y el Banco Nación recibirán penas de dos y tres años de prisión en suspenso. ¿La parte buena? El Estado recuperará más de 17 millones de pesos. Aunque nadie irá preso, es todo un triunfo: en Argentina, los juicios por corrupción duran un promedio de 14 años, y menos del uno por ciento termina en condenas. Jueces y fiscales que no planifican lo que van a investigar, carpetas que acumulan papeles inútiles, trampas formales para dilatar el proceso y peritos que no aportan pruebas importantes, son las causas repetidas. Y nadie hace algo por corregirlas.
- Investigaciones mal organizadas
- Meses enteros sin avances
- Procedimientos tardíos, burocráticos y mal resueltos
- Uso dilatorio de las herramientas procesales
- Pericias sin rumbo
Diario Clarin
http://www.clarin.com/diario/2009/11/29/um/m-02051406.htm