Vecinos de Ramos Mejía fueron a la Justicia para que cierren los boliches de Gaona
Quieren que los ubiquen en zonas alejadas de las casas. Denuncian que los jóvenes se embriagan y destrozan las viviendas. Los empresarios minimizan los reclamos.
Quieren que los ubiquen en zonas alejadas de las casas. Denuncian que los jóvenes se embriagan y destrozan las viviendas. Los empresarios minimizan los reclamos.

Los vecinos autoconvocados de Ramos Mejía, una vez más, arremetieron contra los dueños de boliches bailables y bares de la ex Avenida Gaona (actual Presidente Perón). En esta oportunidad, iniciaron acciones legales para denunciar “la gran cantidad de abusos” que padecen por la presencia de los locales de diversión nocturna en la zona y, al mismo tiempo, para solicitar la inhabilitación de este tipo de comercios.
Lo que los motivó a transitar la senda judicial fue la falta de respuestas de los funcionarios de las municipalidades de Morón y de La Matanza frente a los destrozos que, en manos de los jóvenes, sufrieron en sus casas.Según denunciaron, durante los fines de semana, transitan por delante de sus viviendas “diez mil pibes que orinan, vomitan, apedrean y destruyen los hogares”. Y sostuvieron que los ruidos provocados por el tránsito de autos y de personas, sumados a la música de los locales bailables, convierten al barrio en un lugar inhabitable, porque “la nocturnidad no es compatible con la residencia”, consideraron.
Para los vecinos, el principal problema es la gran cantidad de bares que corren las mesas y arman boliches sin tener un permiso municipal. Durante la noche, cientos de chicos y chicas recorren estos locales y, en muchos casos, los excesos de alcohol son los causantes de los disturbios de los jóvenes. “Del frente de mi casa, arrancaron unas estructuras de madera para agarrarse a palazos en una pelea. De noche ya no duermo tranquilo”, expresó Héctor Piaggio, uno de los perjudicados.
Impacto ambiental
Indignados por la realidad con la que conviven desde el año 2001, los vecinos ramenses no se quedaron de brazos cruzados. Asesorados por un grupo de nueve especialistas en medio ambiente, comunicación, geografía y sonido, realizaron un estudio de impacto ambiental en dos casas ubicadas sobre la ex Gaona y, según informaron a este medio, los niveles de ondas sonoras capturados con el decibelímetro son superiores a los permitidos en parcelas residenciales.
El relevamiento arrojó que, los días viernes y sábados, en la franja horaria de las 3 a las 6 de la mañana, se sondean picos de sonido de hasta 100 decibeles.
“En el dormitorio de mi hija, que da a la calle, con las ventanas y persianas cerradas, da más de 80 decibeles, cuando, en las casas con salida a una avenida, deberían rondar los 35”, explicó Susana Aliberti, otra vecina damnificada que vive frente a un boliche bailable.
Con los datos lanzados por el análisis de ambiente y las fotos de las roturas en los inmuebles que entregaron a los abogados, los vecinos estiman que lograrán erradicar los locales nocturnos.
La pelota afuera
El presidente de la Cámara de Bares, Restaurantes y Confiterías de La Matanza, Carlos D´Alessandro argumentó a El1 que “los bares que pasaban música han hecho los trámites para conseguir el espacio como confitería bailable, es decir, que se puede cenar y, después, bailar”.Al mismo tiempo, el empresario opinó que los vecinos “no pueden pedir que cierren los boliches porque hay gente en la calle”, porque, según expresó, “eso sería un problema de la seguridad de la provincia de Buenos Aires”.
Fuera de la ley
La ordenanza municipal Nº 14.218 prohíbe la instalación de locales bailables a menos de 200 metros lineales de instituciones educativas. De acuerdo a un relevamiento de los vecinos denunciantes, en la zona, hay 21 escuelas ubicadas a menos de esa distancia de los boliches.
Periódico Uno
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