viernes, octubre 09, 2009

PELIGRO: EDIFICIOS

El derrumbe de un edificio en Ramos Mejía arrastró la vereda y postes de luz, dejando averiados los conductos de cloacas y gas de la zona. Hubo siete familias que debieron ser evacuadas por Defensa Civil. ¿Se vienen controles más severos y demoliciones?

Nota de tapa Diario de Morón
Año 19 Nº 537 - 9 de Octubre de 2009

La construcción de Carlos Calvo 186 se desplomó arrastrando la vereda y los cimientos de una casa

El derrumbe de un edificio haría que se endurezcan los controles

El derrumbe de un edificio en construcción puso en riesgo a decenas de personas en Ramos Mejía norte cuando la madrugada del lunes último, en Carlos Calvo 186, la estructura de dos subsuelos se desplomó haciendo desaparecer hasta la vereda. El siniestro, que había sido advertido por los vecinos varios meses antes, se sumó a una larga lista de irregularidades en las obras de altura que avanzan en la ciudad.

Así quedó el frente de la obra de Carlos Calvo 186, en Ramos

En diciembre de 2008 vecinos de un complejo lindante a la obra ingresaron en la mesa de entradas del Municipio de La Matanza una nota dirigida al intendente Fernando Espinoza casi con una premonición: Crónica de un derrumbe anunciado.




Los vecinos ya habían anticipado la posibilidad del derrumbe


Los denunciantes no sabían que diez meses después iban a ser evacuados de sus casas ante el peligro de hundirse. El estruendo despertó a todo el barrio cerca de las cuatro de la mañana. El derrumbe obstruyó las cloacas, provocó pérdidas de gas, cortes de luz y teléfonos en la zona. Desde su comienzo la obra –con 14 pisos proyectados– había generado serios problemas ya que las excavaciones desataron rajaduras en paredes y el hundimiento de los pisos en las casas vecinas. Las quejas habían llevado al municipio a clausurar la obra, pero posteriormente los vecinos denunciaron en
varias ocasiones que en el lugar “seguían trabajando”.

“Desde que comenzó la construcción, exactamente cuando empezaron con las excavaciones, estamos advirtiendo que se podría producir un derrumbe”, advirtió María Lozardo, miembro de unas de las siete familias que debieron ser evacuadas por Defensa Civil.

“En la madrugada del lunes, luego de las intensas lluvias, nos despertó un intenso ruido y, cuando
salimos a la vereda, nos encontramos encontramos con la construcción totalmente desplomada y la vereda hundida. Hay pérdida de gas y los riesgos para la comunidad, como consecuencia del derrumbe, son muy importantes”, dijo. “Dentro de mi casa –relató– tengo rajado el parquet y las paredes. Vivimos con temor a que ocurra una desgracia. Nos dicen que en el Municipio están al tanto de la situación, pero no nos solucionan estos difíciles momentos que estamos atravesando”.

Miguel Presa, de los vecinos autoconvocados de Ramos Mejía, explicó a El diario que el derrumbre se habría generado “por deficiencias en la submuración y el encofrado, combinado con el crecimiento de las napas”.

Un hecho similar se registró en febrero de este año en Villa Luzuriaga

Excavaciones en una obra en Juan Florio 48 dejaron a la intemperie los cimientos de la propiedad lindera y con peligro de derrumbe. Este nuevo episodio vuelve a poner en el ojo de la tormenta a las direcciones de Control Comunal y Obras Particulares del Municipio, comandadas por Verónica Salvadores y Walter Fernández respectivamente.

En febrero hubo que apuntalar una vivienda lindera en Luzuriaga

Los fuertes reclamos vecinales sobre ambas carteras dejaron trascender que podría ponerse en vigencia una ordenanza para endurecer los controles municipales que duerme en el Concejo Deliberante y el destino de demolición que podrían tener una decena de torres edificadas con serias infracciones a las normas, pese a las presiones que provienen de los sectores privados interesados