Plano de Obra
Un mega crucero que está en Ramos Mejía, por dentro
60 dormitorios en un terreno de 632,59 son algunas comodidades del "Sands Pointe". RMT estuvo en el crucero más grande que alguna vez haya ingresado al Puerto Ramos
Impresionante, esa es la palabra que define al "Sands Pointe". El crucero, que cuenta con 3 pisos y una capacidad para 250 personas, se encargan de hacer tu sueño de la vivienda propia en una verdadera pesadilla. Se halla amarrado en Ramos Mejía.
Por eso, antes de partir hacia Pichincha y Varela (San Justo), volviendo de su paso por las Bme Mitre y Palacios, valió la pena dar una vuelta por su interior y descubrir la forma en que “aporvecha al máximo el espacio" algo importante a la hora de elegir el destino de las próximas mudanzas.
De proa a popa, la embarcación está sutílmente decorada. Como verdaderas obras de arte se amontanan ante los ojos más ávidos los camarotes apilados dando la sensación de estar bien protegido para aquellos que deban viajar solos.
El crucero, de 2.054,83 m2 de cemento y 26,09 metros de largo, ofrece la opción de viajar en una ascensor sin vidrio para contemplar la puesta del sol o desayunar en forma íntima. Por eso, los pasajeros tratan de hacer un pequeño esfuerzo y adquirir estas ubicaciones.
Dentro de esta pequeña ciudad, no faltan las tiendas de ropa que cuelgan sus prendas para ser elegidas, ni tampoco tanques de agua a su alcance para evitar el corte de suministros que se da últimamente.
Para el resto del día, un quincho con parrilla como para no perder la forma (que se pondrá en jaque inevitablemente cuando se complete la estadía), dos piletas (para lavar los cubieros) y un mini patio diario para todos los menores, para que los padres puedan disfrutar sin preocupaciones.
En caso de querer comunicarse con los pasajeros (para ingresar), pueden enviarles un mail para pasar, ya que el tradicional timbre no existe en estos tiempos modernos. Otra opción es solicitar el celular del Capital Gregorio Siciliano, quien comando este crucero y es quien mejor conoce cada recoveco del lugar.
La frutilla de este postre: Sands Pointe cuenta con una subdivisión distante al original. Quien quiera llevarse una de ellas debe participar de una subasta que se realiza en cada viaje. Y en caso de que adquiera un ejemplar, la empresa se lo lleva directamente a su casa para evitar cualquier inconveniente.