Espinosa, Victorero y Jorge TarraubellaAunque Silvina Suñe, de Isidro Casanova y Adrián Zanniello, de Villa Celina, quizás nunca se hayan visto personalmente y es más, tal vez uno no conocía la existencia del otro, ambos se consideran “estafados” por la misma inmobiliaria: Tarraubella.
En la edición de ayer, se graficó la odisea que vivió la maestra tras descubrir, según contó su abogada María Osuna, que en lugar de firmar un boleto de compra y venta, rubricó una participación en una sociedad.
Esta mujer, que era muy jovencita cuando puso todas sus fuerzas en la consecución de una vivienda, hoy se siente desahuciada y asegura que a dicho departamento ya lo toma “como perdido”.
La situación de Adrián no es muy disímil, aunque su casa ya esté construida y en ella residan su hija y su ex mujer. Aquí, el mayor problema radica en que, si bien el conflicto data de los años 90’, hasta el día de hoy no logró escriturar su vivienda.
Es por eso que inició diferentes causas judiciales y procedió a investigar qué es lo que sucede con esta zona que tampoco figura en el mapa. Lo que recabó, es algo que lo sorprende y pone en alerta a muchos de los vecinos que se encuentran en igual situación.
El rumbo de su averiguación lo llevó hasta La Plata, donde hace un par de meses habría descubierto que los terrenos en los se asienta el barrio habrían pertenecido a un hombre apellidado Auche. “Él se los vendió a Tarraubella, sin embargo, hasta ese momento este hombre continuaba apareciendo como el titular del predio y tenía pedidos de quiebra porque le faltaba pagar impuestos”.
“Aparentemente hubo una sesión de derechos a fin de año a nombre de fideicomiso, pero la cuestión es que toda la deuda impositiva quedó a cargo del barrio. Por eso, todavía no se pudo realizar la escrituración ya que hay un juicio pendiente. Pero las tierras supuestamente siguen figurando a nombre de Auche”, sentenció.
Más allá de la búsqueda que inició, el hombre recalcó que no se produjo ningún avance en el caso: “Todo sigue igual que antes, ya que continúa siendo administrado por un fideicomiso. Hace más de un año que no hay noticias sobre el avance del barrio”.
“Las autoridades del gobierno de La Matanza no nos han respondido nunca. Es más, he ido personalmente al Honorable Concejo Deliberante (HCD) y he hablado con algunas autoridades. Les dejé documentación pero no han aparecido nunca porque siempre dijeron que era un tema privado y no del Municipio”, denunció.
Los trámites
“Aparentemente, Tarraubella tiene contactos políticos con el gobierno. De hecho, la misma empresa le ha donado un sector público al gobierno de La Matanza para los periodistas, lo que demuestra que hay una connivencia”, disparó.
Asimismo, contó que hace un tiempo se acercó a la Defensoría del Pueblo de La Matanza, para radica la denuncia. “Han citado a la gente de Tarraubella y del fideicomiso, pero nunca se han presentado. Yo creo que hay una desidia y que nadie se hace cargo de lo que está pasando”, reconoció.
Las causas judiciales
El hombre también contó que ha iniciado acciones legales contra la inmobiliaria por un problema que, según asegura, ya afecta a más de 600 familias. “La primera causa la inicié en la UFI 3 en San Justo, donde hice una denuncia por estafa ya sea al Gobierno provincial o municipal, a Tarraubella y al mismo fideicomiso”.
Sin embargo, esta primera presentación no surtió el efecto esperado: “No nos pidieron ni declaración. Llevé documentación pero no nos han citado nunca. Cuando fui a averiguar sobre la causa, me dijeron que estaba archivada, es decir, la cajonearon”.
La segunda denuncia de Zanniello fue realizada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “sobre falta de rendición de fondos. Si bien hubo una mediación, esa causa aun está en curso”.
La tercera y última, fue efectuada en la Inspección General de Justicia (IGJ), “pero hasta el momento no hay novedades”.
¿Por qué no se consiguen resultados positivos?
Para este vecino de Villa Celina, el principal inconveniente que existe es que se ha construido solo la mitad del barrio: “Como una mitad de las familias tiene su vivienda y la otra no, lo que se genera es que mucha gente no se quiera unir a la causa porque tiene miedo de perder la casa que hoy tiene. Así, enfrentan a pobres contra pobres”.
“Esto se hizo muy complejo porque hay muchos intereses cruzados. Ahora, estamos haciendo una causa general de barrios porque evidentemente la falta de participación del gobierno de la Provincia en este tipo de sectores es increíble. Es como si no tuviésemos derechos y es muy doloroso porque el tiempo pasa, la gente se va desgastando y no reclama”, aseveró.
De hecho, comentó que los dilemas aparecieron también, a la hora de solicitar los servicios: “Como no figuramos en ningún lado, no se pagan impuestos y, por ende, no podemos tener ni siquiera pavimento”.
Además, reconoció que lo que más lo asombra es que todos los casos que se presentan
“van a parar a un juzgado de San Martín y todos tienen la misma gente que lo interviene”.
Por último, explicó que durante las campañas electorales, “muchas veces hemos aprovechado la posibilidad de hablar con distintos candidatos, como con Julio Rubén Ledesma y con Jorge Ceballos, pero todo quedó en la nada”.
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