lunes, agosto 10, 2009

Barrios fantasmas (Primera Parte)

Si bien Isidro Casanova y Villa Celina son dos localidades que se encuentran muy alejadas dentro del plano de La Matanza, algo las une: Ambas están formadas por barrios que no figuran en el mapa.


Según aseguran los damnificados, ellos pagaron sus cuotas en tiempo y forma a la empresa Tarraubella para que construya sus casas, pero hasta el día de hoy muchos no cuentan con vivienda propia y los que sí la tienen, no pueden escriturar.

Tal como muchos barrios matanceros, el Utevi de Isidro Casanova y el Sagrado Corazón de Villa Celina, comenzaron a cimentarse en la década de los 90. Sin embargo, aunque ya han pasado casi 20 años, muchas viviendas no han sido construidas.

Isidro Casanova y un barrio que no figura en el mapa

Con todas las esperanzas puestas en contar con una casa propia, Silvina Suñe era en esa época una joven que recién comenzaba a ejercer la docencia. Por eso, pensó que el barrió Unión de Trabajadores para la Vivienda (Utevi), sería un buen lugar para comenzar una nueva etapa.

“Yo empecé a pagar en 1994 y terminé en 2003 es decir que aboné las 120 cuotas de 194 pesos que estaba estipulado”, comentó Silvina quien hasta el día de hoy espera que se construya su departamento.

Es que, si bien ha sido adjudicada, de la torre de la que formaría parte su vivienda todavía no hay noticias: “Lo que sucede es que yo lo empecé a pagar pero no iba al lugar. Ahora sé que no está escriturado porque, según me dijeron, esos terrenos pertenecían a una congregación parroquial y fueron tomados, por eso la gente no puede escriturar su terreno ni pedir asfaltos ni cloacas”, subrayó.

Aunque en este momento Silvina admite que siente que su departamento ya está “perdido”, el haber terminado de pagar en 2003 le jugó una mala pasada. “Hasta el año 2002, todos los departamentos se entregaron bien, seis por licitación y seis por sorteo cada semestre, pero luego comenzaron a atrasarse y los empezaron a dar cada un año, hasta que no entregaron más”.

Sin embargo, pese a sus escasas esperanzas la mujer se acerca a la inmobiliaria de vez en cuando para pedir una explicación. “La última vez que fui me dijeron: ‘señora, no venga más porque yo no tengo nada que darle, espere que la llamemos’. Hace un tiempo, el abogado de ellos me ofreció un departamento de recupero, mis letrados me aconsejaron que lo acepte porque era la única forma de tener algo. Firmé el papel, pero nunca me dieron nada”.

Es que el problema de Silvina es aún más serio. De acuerdo a lo que comentó su abogada, la doctora María Osuna, a la maestra le hicieron firmar, en lugar de un boleto de compraventa, una participación en una sociedad.

“Los legistas me dijeron que como soy socia adherente, es como si me hiciese un juicio a mí misma”, comentó la víctima, asegurando que en una de las últimas visitas que hizo a la empresa, le ofrecieron un departamento ocupado para que ella inicie un juicio por desalojo: “Les pregunté cómo podía hacerlo y me respondieron que ellos me preparaban los papeles y luego me llamarían. Nunca se comunicaron. Igualmente, mi abogada me aconsejó no seguir esos pasos porque yo no soy dueña”.

Por otra parte, la mujer contó que los vecinos que sí viven en el barrio, todos los domingos se reúnen en los Altos de Laferrere, para evaluar los pasos a seguir.

¿Qué se puede hacer?

De acuerdo a lo que contó su abogada, si bien es complicado comenzar con una causa de este tipo cuando se presenta un solo damnificado, aseguró que como Silvina terminó de abonar su departamento en 2003, el caso no prescribió, por lo que se podría iniciar una acción penal por estafa.

Por ello, confió en que si son más personas las que se acercan, “podríamos iniciar una acción conjunta por engaño, usando varios incisos del artículo 172 del Código Penal, porque, en su caso, ella firmó algo que creyó que era un papel de compraventa pero lo que realmente rubricó es una participación en una sociedad para la compra de un lote”.

En este sentido, recalcó que si es necesario que más “víctimas” se presenten es porque Tarraubella “es una inmobiliaria que hace mucho que está en La Matanza y que con los años se maneja de la misma forma”.

“Yo creo que tiene un respaldo fuerte porque no puede ser que tantas personas hayan sido engañadas y nunca se haya hecho nada legalmente. Es una compañía que se enriquece estafando gente porque el terreno es de ellos, mientras que muchas personas pagaron su cuota normalmente y hoy no tienen nada. Les vendieron humo”, sostuvo.

Con respecto al proceder, subrayó que es menester que a esas personas “se las reconozca mediante la Justicia, porque habría que iniciar una acción penal por estafa y luego una de daños y perjuicios o que sean indemnizados, porque a la gente que compró allí siempre le han dicho que no podían escriturar”.

En Villa Celina, la misma historia. En la edición de mañana de NCO, usted podrá conocer el testimonio de un vecino del barrio Sagrado Corazón que ya ha iniciado diferentes causas por un problema, que según cuenta, ya afecta a más de 600 familias.