miércoles, julio 29, 2009

Falta de respeto por el peatón

Los ramences que transitan a pie por las calles Ramos, ven sistemáticamente violados sus derechos, porque nuestros concejales priorizan los negocios antes que la calidad de vida.

Existe una especie de confabulación entre quienes restringen los espacios vitales para los transeúntes, en función de sus intereses personales, generalmente de índole comercial, y las autoridades municipales, pues las presiones y las protestas o los reclamos ruidosos de aquellos, terminan por doblegar a quienes ejercen el poder y de esa manera continúa la espiral infame de medidas y disposiciones para favorecer a unos pocos en menoscabo de los derechos de muchos.

Nuestra ciudad constituye hoy un claro ejemplo de esta anarquía, porque en sectores vitales de concurrencia de peatones, por infinidad de razones, pero podemos nombrar las aceras que están ocupadas y copadas por vendedores ambulantes y las calles abarrotadas de autos que estacionan en cualquier lugar.

Por ejemplo, como ve en las fotos, en la calle Necochea y Av. Rivadavia, los peatones caminan en plena calle esquivando automóviles y viviendo en constante tensión por proteger sus vidas, al tener hasta las rampas ocupadas al querer subir a la vereda porque han sido usurpadas por los autos que aprovecha cualquier lugar para estacionar.

Similar problema, con generalización hacia todo Ramos, se observa en las calles adyacentes al centro, con el agravante que la venta ambulante a robado el espacio para circular libremente por las veredas.

Toda esta violación al derecho humano de los peatones a disponer de áreas libres y seguras para transitar, ocurren por la debilidad o corrupción, según usted decida, de las autoridades municipales para ejercer dentro de la ley el poder y la soberanía que les ha delegado el pueblo a través de las urnas.

Por supuesto que también incide la ignorancia, de los funcionarios con los concejales a la cabeza, acerca de la humanización de la infraestructura urbana, en la cual debe figurar como prioritario el derecho del peatón, no de los automovilistas y sus máquinas, ni de los invasores de áreas públicas.

Para quitarse la venda de los ojos acerca de este tema, bien les vendría a estos concejales darle una ojeada a la Carta Europea de los Derechos del Peatón, cuyos ocho puntos se han convertido en una especie de tabla mosaica universal acerca del tema.

Tal vez con ello, con un poco de sentido común y con un juez que se anime a meter preso a los responsables de cientos de eficios ilegales que superpoblaron nuestro lugar, comience a cambiar esta situación que relega al ser humano a un papel secundario, a expensas de otras prioridades urbanas equivocadas, en las cuales los vehículos y los violadores de los derechos de la colectividad son los que reciben atención y soluciones.