¿Compromiso?
Comprometemos nuestro honor simplemente con dar nuestra palabra en garantía pero Horacio Beovide ¿No lo sabe?

Imagine la charla: El notero le pregunta: ¿Usted asume el compromiso de recorrer el municipio para ver que obra está en infracción y tomar las medidas correspondientes? y la respuesta es contundente: “Sí, sí, cómo no” ¿Hay un compromiso asumido? insiste el notero, “Hay un compromiso asumido” reafirma el funcionario. Llega otra pregunta que suena a amarre ¿Para cuándo? y otra vez el empeño de la palabra: "¡Que vengan los vecinos en una semana al municipio!" Ahora el remate de la nota lo dice todo: “Bueno entonces hay un compromiso asumido de este funcionario, de este municipio, para que a estos vecinos, se les de la bola que se les tendría que haber dado. Gracias”
¿Por que no puee ser? Por que suena tan lejano y hasta chistoso considerar a la persona capaz de comprometerse, sin necesidad de firmar un papel que lo obligue ante la sociedad, a cumplir lo pactado. Le contamos que esto sucedio. Perdón, la nota, no el compromiso!
¿Que es lo que sucede tanto en estos tiempos que no acontecía mayormente en la época de nuestros bisabuelos?... Y digo mayormente porque tengo la certeza que en tiempos pasados, también tuvo que haber vivido el sinvergüenza que perdió el honor al no haber cumplido su palabra, y sé que en estos días encontramos entre nosotros, rarezas humanas (algunos los consideran inocentes, mansos y hasta mensos) que deciden creer en el compromiso que implica el dejar empeñada la palabra.
Al dar la palabra, aquello que deja uno en garantía de cabal cumplimiento es nada más y nada menos que el mismísimo honor. ¿Pero que es el honor?
Buscando en cualquier diccionario usted podrá encontrar la siguiente definición: "Actitud moral que impulsa a las personas a cumplir con sus deberes." Para mi entendimiento, es preciso indagar un poco más sobre el significado de esas cinco letras, que definitivamente involucran la esencia de toda la persona, lo invito, amable lector a redescubrir qué es honor y por qué en la actualidad deciden ignorarlo, porque sigue estando ahí, coexistiendo de una forma maravillosa con nuestro ser.
El honor además de ser uno de los bienes fundamentales de la vida social, es el resultado de toda manifestación de consideración y estima expresada por un hombre a otro. Es el premio que resulta de ser grande de espíritu, generoso y de hacer el bien. En el mundo moderno identificamos el "ser honorable" con el "ser respetable": la persona que es generosa, hace el bien y es considerada con el prójimo, es un ser que se ha ganado el respeto de los demás y recibe el premio del honor.
La dinámica del amor, que propone el Catecismo de la Iglesia Católica se propone con el siguiente esquema:
1.- Conocer
2.- Amar
3.- Comprometerse
3.- Comprometerse
La triste causa edilicia por la cual, este señor voluntariamente decide no mostrar lo honorable que es y por consiguiente no aceptar lo que de honorable existe, muestra la falta de interés por los demás. En la actualidad, puede estar bien tranquilo este buen hombre, no tenemos ya las ganas, ni el tiempo o la sensibilidad ante su llanto para creer en sus excusas.
No en vano es incapaz de reconocer el compromiso de su palabra, entamos en condiciones a esta altura del partido, de darnos el permiso de sospechar una supuesta connivencia... Aunque aún quedan unos pocos (del municipio) que lo defienden. ¡Se los aseguro, Palabra de Honor!
Proteste Ya - Edificios ilegales en Ramos Mejía