El concepto de determinar índices urbanológicos en relación con los metros cuadrados de espacio verde por habitante y la cantidad de árboles pierde identidad y son obsoletos frente a la gran movilidad poblacional, a los cambios de las estructuras de las comunidades.
Una plaza de una manzana que en determinado tiempo fue un espacio verde como era Plaza Mitre, hoy no lo es de ninguna manera porque está afectada en sus funciones como tal por las masas edilicias circundantes en altura y en compacidad, por la emanación de gases de los vehículos que la rodean, por la polución visual, por los ruidos, por la concentración humana y por la invasión de animales domésticos.
Cuando los urbanistas hablan e indican números índices incluyen dentro de los espacios verdes además de los parques públicos, las plazas, plazoletas, las ramblas o canteros en avenidas, el arbolado urbano, los espacios residuales con algo de verde. (nunca el jardín de cada casa)
Ninguno de ellos cumple con las funciones específicas de espacio verde por si mismos, porque generalmente están desconectados entre sí, se encuentran aislados no llegando a conformar un sistema que los vincule formando un todo de espacio verde, interconectado y funcionando en proporción con la masa edilicia, aportando sus funciones características al conjunto.
RMT aclara:
Era un espacio verde público, lleno de sol, de los pocos a disposición de la comunidad, la plaza situada en la calle Bartolomé Mitre al 200, que fue parte de la quinta La Cabaña. En el año 1947 era inminente el remate de esa fracción, dividida en treinta lotes, que quedó en suspenso por expediente B - 275/47. El gobierno provincial procedió a expropiarla en 1949 y a transferirla con posterioridad a la Municipalidad de La Matanza, que la destinó a paseo público con el nombre de Plaza General Bartolomé Mitre (Decreto 2104).
Según informa el diario La Nación, el 12 de julio de 1967, y lo corrobora la plancheta catastral respectiva, así como la Ordenanza 2895, del 20 de octubre de 1961, a la plaza mencionada se le ha impuesto el nombre de Juan B. Justo, en homenaje al autor de "Teoría y Práctica de la Historia".
En este paseo se encuentra el busto del general Bartolomé Mitre, trasladado hasta allí desde su primera ubicación en el cruce de las calles B. Mitre y Bolívar, cuando se eliminaron los canteros centrales de este lugar.
Recordemos que poco tiempo antes de la creación de la plaza que nos ocupa, y a escasa distancia de ésta, se había demolido la vieja casona de La Cabaña, sobre la cual se pensó que podría haber sido transformada en museo, con libros, obras de arte y moblaje de la época, así como fotografías y otros testimonios de Ramos Mejía, lo que lamentablemente no se concretó. Digamos de paso que entre otros ocupantes de esa finca se recuerda que allí vivió don Fernán Félix de Amador (seudónimo literario de Domingo Fernández Beschtedt (h.) (1889-1954), crítico de arte y letras del diario La Prensa desde 1927 a 1951, autor de inspiradas obras de poesía y en prosa y profesor de Estética e Historia del Arte.
Queda por consignar la existencia en Ramos Mejía la Plaza Sarmiento, que fue remodelada dos veces en un par de años y ya tiene sus juegos rotos, además de dos mini minúsculas plazoletas de forma triangular; una en Bolívar esquina San Martín, con el busto del Libertador, y otra en San Martín esquina Moreno, con el busto del doctor Manuel Belgrano. Se completa el panorama con la plaza de más reciente creación, denominada Del Bombero Voluntario y conocida popularmente como "Bomberitos", en la manzana comprendida por la avenida San Martín, Pueyrredón, Gral. Acha y 11 de setiembre, a la cual tambien se le empezó a quitar el sol con la construcción ilegal de Cristina Torres en Gral. Acha 56.