miércoles, octubre 01, 2008

Cómo derribar las obras ilegales

El hombre dejó de habitar las cuevas cuando le fue posible construir un refugio con sus propias manos. Así, de las elementales chozas el hombre evolucionó a técnicas de edificación cada vez más complejas, hasta que conoció la ilegalidad.




Experiencia garantizada


Entonces fue necesario desarrollar técnicas que destruyeran las edificaciones que no cumplían con la legislación vigente o con su vida útil, ya sea a causa de obras en contravención o por eventos como incendios y sismos que dañan su estructura de manera irreversible.

Por ejemplo, en Ramos, aún siguen en pie varios edificios que yacen abandonados y estructuralmente mal construidos, y representan un riesgo a la seguridad de los vecinos o transeúntes que recorren las calles donde se ubican y ello no obedece a la falta de personal calificado o dinero, sino a cuestiones legales o políticas.

La única alternativa de solución al problema es derribar esas construcciones.

En ese sentido, podriamos citar a varios especialistas que desarrollaron una investigación a fin de conocer las técnicas de ingeniería para realizar esta tarea por el método que se conoce como demolición por implosión.

Entre los resultados de dicho proyecto se encuentran el desarrollo de una red neuronal informática que calcula la cantidad de explosivos y conexiones necesarias para detonarlo, además que por medio de una simulación visual es posible conocer previamente la forma como caerá el inmueble.

Otro avance del proyecto se puede encontrar en la publicación del libro de investigación Demolición de edificios por implosión, que a través de ocho capítulos y diversos anexos y apéndices, explica las técnicas y estudios previos requeridos para un proyecto de este tipo, así como los aspectos administrativos y permisos necesarios.

Para el que guste leerlo, el autor comenta que el objetivo principal de la investigación fue realizar un análisis de las técnicas de ingeniería existentes para demolición aplicables a cada caso.

La técnica de la implosión consiste en hacer que un edificio se derrumbe sobre sí mismo y para ello se emplean dos elementos fundamentales: uno son los explosivos, colocados en sitios estratégicos de la estructura que al detonar destruyen los puntos de apoyo de la construcción. El segundo elemento son los denominados "tirantes", constituidos por cables o vigas de acero; su función es provocar que componentes estructurales tales como muros, columnas y pisos se derrumben hacia el centro del edificio (así se logra la implosión). Para ello, se fija una de sus puntas a una columna y la otra al entresuelo (o losa) donde se ubica. Esta operación se repite en cada uno de los niveles; de esta manera, cuando ocurre la detonación y la estructura comienza a ceder, el nivel uno jala en su caída al dos y éste al tres y así sucesivamente.

La técnica de implosión es la más viable, pues la mayoría de los edificios ilegales que deben ser demolidos se encuentran rodeados por otras construcciones y con ese método se garantiza un daño colateral mínimo.

Asimismo, la técnica es más rápida y ahorra mano de obra y recursos económicos, además de evitar la contaminación ambiental al reducir la generación de polvo y ruido por el uso de maquinaria pesada.

Entre los puntos a considerar para derribar un edifico se encuentran conocer y calcular la estructura, el peso del inmueble, sus puntos de apoyo, número de columnas y otros elementos estructurales, así como el tipo de material empleado. Esta información es fundamental para precisar la cantidad y tipo de explosivos que se requieren, como el lugar donde se habrán de colocar y el orden en que detonarán.

Diversos libros se encuentran en el mercado que orientan al ingeniero en aspectos técnicos, legales y sanciones que llevan a cabo una demolición.

Consultando con expertos, coinciden en señalar que el procedimiento más aconsejable para la demolición de un edificio sería la combinación de medios manuales y mecánicos.