Ayer por la mañana nos acercamos al municipio, para denunciar dos obras que violan la prorroga del decreto 877 y, nos llevamos la sorpresa de que, la dirección de obras particulares había cerrado minutos después de haber abierto.
Lo llamativo de esto es que los profesionales, al olfatear el peligro latente, se comían entre ellos como los pollos, corrían de un lado para el otro como tratando de esquivar una inminente sentencia que daban por descontada.
Todos se lavaban las manos y le echaban la culpa al “padrino”, el ambiente se podía cortar con el canto de una cuchara, debido a la llegada de una nueva integrante al staff de control, de las huestes pejotistas.
Lo novedoso, es que nuestros informantes aseguran que, algunos profesionales, arrugaron ante la falta envido y negociaron la expropiación.
Mientras tanto, O.P. violando el código edilicio sigue postergando la aprobación de planos.