miércoles, junio 05, 2013

Siga el baile: La huella digital

Utilizan oficinas municipales para fiestas y se jactan de su audacia en las redes sociales

Facebook. Recuperar comentarios borrados 

Hay que admitir que el usuario medio  —por desconocimiento— cree que al arrojar un archivo al icono de la papelera es garantía suficiente para deshacerse de el. Sin embargo, esto no es así. Permanece en el disco rígido de donde es fácilmente recuperable, si se quiere, de hecho hay programas para poder recuperarlos. Pero no hay ningún sistema que garantice —a nivel profesional— el ciento por ciento la eliminación de un archivo en un soporte digital ni siquiera sobrescribiendo varias veces encima del que se quiere borrar.

Lo mismo ocurre al utilizar internet. La mayoría suele ingresar a la web como un voyeur pero de visitantes pasivos pasan a usuarios y terminan finalmente sin saber siendo suministradores de contenidos y sobre todo, relacionados con sus propias vidas. Estudiar computación lleva tiempo y para otros es aburrido, pero la moda seduce y nadie quiere quedar al margen, y caen en los riesgos que esto lleva.

Más allá de toda la prueba documental que recibió la oficina Anticorrupción y de Ética Pública, el presidente del bloque justicialista en el HCD local y Asesoría Letrada del Municipio de La Matanza sobre el artículo "Utilizan oficinas municipales para fiestas y se jactan de su audacia en las redes sociales" (publicado en el número 25 del periódico S!C titulado: Siga el baile) luego que el pasado 8 de febrero el intendente informara que todo el personal de la Secretaría de Planificación Operativa y Control Comunal estaba siendo investigado por el posible uso incorrecto de oficinas municipales, la presentación solo fue allanarles el camino ya que dichas pruebas están (y estarán) en la web. Claro, solo hay que saber buscarlas.

El motivo es simple. Nadie reparó en las declaraciones del presidente de Google, Erich Schmidt, quien alertó que los jóvenes están exhibiendo tantos detalles de sus vidas en Facebook que al cabo de unos años, muchos de ellos desearán cambiar de nombre. Oídos sordos del otro lado, pero tarde o temprano, descubrirán que para eliminar su pasado en internet será mejor pensar en cambiar directamente de identidad porque borrarlo, es imposible.

Son mayoría los que no reparan en el valor que tiene la información personal que circula por la web mientras a la vez, otros tantos se quejan que el mundo se ha transformado en un "Gran hermano" y quizás hasta utilizando el término gracias a la televisión pero desconociendo la novela 1984 de George Orwell. Nadie repara en los servidores de los buscadores que registran todo lo que se sube a la red y guarda copia. Muchos siguen sin ser conscientes de que todo lo que se publica en la red es público, y queda para siempre.