domingo, marzo 10, 2013

Todos pero todos, tienen que estar



Por Miguel Paura

Soy un adulto que vive obsesionado por el país que les dejaremos a nuestros nietos. Soy responsable, nunca fui gobierno pero con mi actitud y mis votos, debo haber contribuido al estado general que hoy nuestra Nación ofrece al mundo. Y creo que debo hacer algo. 

Debo impulsar una idea generadora de otras ideas, una lucha que fuerce a otras luchas, una pasión que nos involucre a todos, para que todos en un proceso de definición de inquietudes, luchemos frente a un proceso de desintegración y enfrentamiento de todos contra todos, a los que nos lleva la actual administración nacional. 

Hemos criticado a la obediencia debida en el ámbito militar, cuando el orden y la disciplina son su razón de ser. Y la hemos trasladado al ámbito civil donde debería primar la libertad y responsabilidad de conciencia de cada legislador. 

En la última sesión de la Cámara de Diputados,131 conciencias fueron obligadas a votar como quería el Poder Ejecutivo. 131 voluntades atrapadas en el régimen cerrado de un poder superior. Eso es así, no va a cambiar, es la naturaleza de los políticos autoritarios, y a medida que nos acerquemos al 2015 será peor. 

Hoy, la mayoría de las cámaras legislativas están dominadas por un solo color político. Eso fue lo que hemos decidido en las elecciones del 2011. Prácticamente un solo partido ganó en todo el país. Estamos a un paso de los comicios de medio término donde elegiremos a los legisladores que nos representaran en uno de los tres poderes en que se basa nuestra república.

Propongo que los votos restantes, que conformaran la constitución total de las cámaras legislativas, sean de todos los políticos, empresarios, economistas, profesionales que en este momento forman el arco opositor

Propongo que estén todos, en base a una unidad que los hermane en una reacción positiva ante la presión provocadora del partido gobernante.

Propongo que estén todos, posponiendo vanidades, y entren en las cámaras de senadores y diputados en tropel arrasando con los votos y que luego en el recinto, asuman sus individualidades y voten sin ninguna imposición.

Propongo que estén todos, sin exclusiones, sin límites, sin ofender a ninguno de los que se consideren aptos para representarnos.

Propongo que todos participen de una lista de unidad transitoria, con miles de opiniones diferentes que a todos nos involucren.

Propongo que todos, bajo un sistema de selección adecuado, formen un frente opositor, una alianza firme, un pacto positivo, una confluencia programática, un contubernio a favor del país, sin tenerle miedo a las palabras, ni a los términos que los definan, pero que impulsen una vocación de servicio para que nos pacifique y nos integre como Nación. 

Propongo que la derecha y la izquierda no existe una sin la otra se unan como se unen los brazos, en un fuerte abrazo con el adversario circunstancial y que ese abrazo sincero y espontaneo sea la marca registrada del político argentino. 

Todos somos el país, y nuestro abrazo debe ser contagioso, efusivo y pleno de vitalidad, lleno de energía, generador de una búsqueda inquebrantable de nuestra nacionalidad. Yo me propongo batallar por esta idea.