El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, dijo que los ataques desde el oficialismo argentino son “una campaña difamatoria bien conocida”. Además de remarcar que "jamás ha habido una acusación creíble contra él”, Lombardi remarcó que Bergoglio “hizo mucho para proteger a las personas” durante el proceso.
El Vaticano rechazó las intenciones de cierto sector del Gobierno nacional de vincular al flamante Papa Francisco con la última dictadura militar. "Se trata de una campaña difamatoria, bien conocida", aseguró hoy el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi.
"La campaña contra Bergoglio es conocida, se refiere a hechos de hace mucho tiempo y ha sido promovida por una publicación que en ocasiones es calumniosa y difamatoria. El origen de izquierda anticlerical es notorio", agregó Lombardi en una conferencia de prensa.´
"Jamás ha habido una acusación creíble contra él. La justicia argentina lo interrogó pero como persona informada de hechos y jamás fue imputado por algo", subrayó.
Lombardi agregó que Bergoglio "hizo mucho para proteger a las personas durante la dictadura" y una vez nombrado arzobispo de Buenos Aires "pidió perdón en nombre de la Iglesia por no haber hecho bastante durante el periodo de la dictadura".
Lombardi recalcó que el militante por los derechos humanos y Premio Nobel de la Paz de 1980, Adolfo Pérez Esquivel, aseguró que el nuevo pontífice no tiene "ningún vínculo que lo relacione con la dictadura".
La polémica sobre la actitud de la Iglesia católica argentina durante los años de la dictadura volvió al primer plano tras la elección como Papa de Jorge Bergoglio, quien siempre negó haber colaborado con la represión.
El arzobispo de Buenos Aires fue citado en tres ocasiones, únicamente como testigo, para declarar en juicios relacionados con ese periodo. En una ocasión por la desaparición de un cura francés, en otra por el robo de hijos de los desaparecidos y otra por la detención y tortura de dos jesuitas que finalmente fueron liberados.
La Razón
