El 6 de agosto de 1893 se colocó la piedra fundamental del edificio de la Sociedad Filantrópica Suiza, conocida a lo largo de los años como Casa Suiza. Hoy la piqueta demoledora de historias quiere dejarnos sin este pedazo de Buenos Aires.
Con una marcha al ritmo de los tambores del candombe porteño, la Comunidad Afroargentina de Buenos Aires (Asociación Misibamba), la asociación Basta de Demoler y vecinos y funcionarios porteños realizarán una manifestación en la puerta de la Casa Suiza (Rodríguez Peña 254), mañana viernes a las 17, para pedir que no se demuela este edificio que supo albergar grandes expresiones culturales afroargentinas.
La Casa Suiza, propiedad de la Sociedad Filantrópica Suiza, fue fundada en 1861 y pertenece al patrimonio cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ahora quiere ser tirada abajo para convertirla en un emprendimiento inmobiliario de oficinas y cocheras, según denuncian desde las organizaciones convocantes de la protesta.
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad pidió en los últimos meses al gobierno porteño que le informe sobre las habilitaciones para la construcción en dicho predio.
El dúo Gardel-Razzano, Sandro, Hermética y Patricio Rey fueron algunos de los artistas que presentaron sus espectáculos en este lugar, al tiempo que desde fines de los años ’20 hasta 1978 fue ininterrumpidamente alquilada por el Shimmy Club, una asociación de afroargentinos del tronco colonial fundada en 1882 por Alfredo Núñez para realizar sus bailes de carnaval, los cuales duraban 8 noches.
El Shimmy Club fue la institución afroporteña más emblemática del siglo XX y aún hoy es recuerdo vivo en todo afroporteño mayor de 40 años de edad, informaron desde la Asociación Misibamba en un comunicado. Además de actuar en el salón principal orquestas de tango, como la dirigida por los afropoteños Enrique Maciel y Tomás Santillán, actuaban grupos de jazz y de música tropical (según las épocas), al tiempo que en el subsuelo de la Casa Suiza funcionaba el bufé donde frecuentaba la práctica espontánea del candombe porteño y la rumba abierta (versión local de la rumba cubana), ya que cada familia tenía una mesa asignada y llevaba sus tambores.
Según Misibamna, la Casa Suiza es uno de los últimos baluarte material e inmaterial de la ciudad vinculado a la cultura afroargentina del tronco colonial, grupo no sólo preexistente a la nación argentina sino presente desde la misma fundación de Buenos Aires.