Pasaron varios meses desde que la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), encargada de la concesión del ex tren Sarmiento, había anunciado que iban a colocar un cerco perimetral a los costados de las vías de la estación Ramos Mejía a fin de garantizar una mayor seguridad, pero nada ocurrió y la situación se vuelve cada vez más peligrosa.
El cese de los trabajos correspondientes a la colocación de un vallado antivandálico, se produjo en abril del 2009 y desde ese momento, el área ha quedado en total desprotección.
Es por eso que, según los vecinos, la zona es tierra de nadie y a la noche, transitar por ahí constituye un verdadero acto heroico, dado el constante riesgo al que cada individuo está expuesto.
Robos, accidentes, y demás episodios de diversa índole han tenido lugar en todo ese perímetro, lo que ha provocado el pedido de los vecinos a que se tomen cartas en el asunto cuanto antes.
Autoridades municipales han reclamado por la situación hasta que finalmente la empresa concesionaria del servicio decidió implementar esta medida para mermar los hechos de inseguridad que se registran allí.
Pero todo quedó en la nada y la zona cercana a las vías está totalmente desprotegida, lo que constituye un riesgo para los transeúntes como también para las personas que tienen que tomar los colectivos sobre Rivadavia.
PREOCUPACIÓN
"A veces es de noche y me tengo que tomar el 136, justo al lado del paso a nivel, y tengo mucho miedo. Generalmente busco ponerme cerca de otra gente pero a veces no hay nadie y no se qué hacer", expresó Verónica, una vecina de Ramos Mejía que usa el transporte para visitar a su novio.
"Me indigna lo que está sucediendo, porque al final nos perjudicamos los buenos vecinos y ciudadanos que pagamos los impuestos correctamente. Esto es un peligro para todo el barrio", manifestó Sofía, una señora que vive en la localidad desde hace 45 años.
En tanto, Agustina, una joven estudiante universitaria que pasa varios días a la semana por la zona, expresó que "creo que el Estado debería pensar en el peligro que significa no terminar el vallado. Yo pasó seguido a la noche por acá y la verdad que tengo miedo".
Para otro de los vecinos de la zona, Carlos, el cese de las obras constituye un verdadero motivo de preocupación. "Me da miedo por mi señora que vuelve tarde del trabajo, y las nenas que a veces tienen facultad. Uno está mas proclive a que le pueda pasar algo, ya que cualquiera puede esconderse y hacerles algo".