La comisaría tiene 8 patrulleros y 33 policías por turno para custodiar la localidad más próspera de La Matanza. Ecos de la falta de planificación...
Familiares de Emiliano Martinó
En poco más de un mes, hubo tres asaltos en un radio de 30 cuadras que dejaron como saldo un comerciante y tres delincuentes muertos y un empresario baleado por dos adolescentes que había ingresado a robar a su casa.
Según publicó el diario Tiempo Argentino, la jurisdicción está “desbordada”, ya que “hay un agente cada 6600 habitantes”. El homicidio de Emiliarno Martinó, el comerciante de 33 años asesinado el lunes 14 de junio por los ladrones que entraron a robar a su casa de Berutti 33, conmovió a la opinión pública y reavivó el debate por la seguridad en el barrio más próspero de La Matanza.
“Ramos Mejía es una localidad donde vive gente de clase media-alta. En los últimos años, la densidad poblacional creció (ilegalmente) con el (falso) boom inmobiliario (y las oficinas vendidas como departamentos). Cada familia tiene dos o tres autos, la mayoría de alta gama, que duermen en la calle. Por eso no pueden bajar los hurtos de automotor. Ramos Mejía lidera el ránking de autos robados a nivel municipal”, explicó un vocero policial al matutino.
Según fuentes extraoficiales, en Ramos Mejía viven entre 220 y 250 mil personas (el último censo de 2001 registró una población de 97.076 habitantes) y la comisaría cuenta con 8 patrulleros para recorrer las 6 cuadrículas (hoy sólo funcionan 3) diseñadas por el Plan Director del Ministerio de Seguridad bonaerense. Los efectivos que prestan servicio en la dependencia a cargo del comisario Claudio Colace suman 99, repartidos en tres turnos de 8 horas.
“Hay que sumar a las que visitan el lugar por trámites, compras o que van a comer. Por turno, hay 33 agentes para garantizar la seguridad: uno cada 6600 habitantes”, detalló un ex jefe de calle de la zona.
Ramos Mejía es una de las localidades de mayor nivel adquisitivo. “En un año, en Urquiza y Espora, robaron muchas casas. La municipalidad en lugar de invertir plata y recursos en la policía comunal, tendría que levantar la comisaría y los patrulleros que están todos rotos”, advirtió Miguel, un vecino que vive hace 8 años allí.
“Ramos Mejía siempre fue un foco conflictivo porque hay mucha plata dando vueltas. El problema viene hace rato y siempre hubo robos de autos y homicidios. Lo que pasa ahora es que la seguridad se desbordó porque hay muchos edificios y comercios nuevos.
Además, hay mucho desánimo en el personal, y poca vocación de servicio. Ninguno quiere que le peguen un tiro por mil y pico de mangos. Cada vez, hay que incentivar más al persona y muchas veces, con eso solo no alcanza”, explicó un agente de la comisaría vecina de Haedo.
24con