Vecina ramense denuncia que reformas en avenida de Mayo generaron inundaciones en su cuadra
María Estela Muños vive en la calle Suipacha al 300 y ya está cansada de que, durante cada lluvia, el agua ingrese a su vivienda. Según contó a NCO, las refacciones en su casa duran menos de un año porque la humedad le “levanta toda la pintura”. Ya tuvo que tirar un bajo mesada, una mesa y un par de sillas.
María Estela Muños vive en la calle Suipacha al 300 y ya está cansada de que, durante cada lluvia, el agua ingrese a su vivienda. Según contó a NCO, las refacciones en su casa duran menos de un año porque la humedad le “levanta toda la pintura”. Ya tuvo que tirar un bajo mesada, una mesa y un par de sillas.
El dilema comenzó cuando “se hicieron unas supuestas reformas en Avenida de Mayo. Desde ese momento nuestra calle es una laguna cuando llueve”. Asimismo, dio cuenta que otros vecinos se contactaron con personal municipal para que destapen las bocas de tormenta, “pero se hicieron oídos sordos al reclamo”.
De este modo, aclaró que “las reformas nunca se hicieron y solo se colocó una montaña de capa asfáltica”. Al respecto, remarcó que antes no sufrían estos inconvenientes porque “teníamos el desagüe de la calle (Acha) donde se ubica el club Bomberitos”.
“Hoy en día esa calle está toda rota y únicamente la vuelven a emparchar en épocas de elecciones para aparentar que están trabajando y a la hora de responder, siempre se pasan la pelota”, comentó.
En este sentido, admitió que ve al barrio “retroceder a pasos agigantados aunque la publicidad diga que Matanza Avanza. Ya es hora de encontrar una solución definitiva porque la gente se queja y no hay respuesta”.
Las complicaciones
Entre los inconvenientes que genera que el agua se estanque, Estela mencionó que pese a encontrarse en una zona céntrica, por ejemplo, los días de lluvia “los remises no quieren ingresar porque dicen que se les arruina el auto”.
“Es bastante difícil y no quisiera imaginarme cuánto lo es para algún abuelo que viva en la zona. Realmente, los días de lluvia nos quedamos varados”, ratificó.
Con respecto a la altura que alcanza el nivel del agua cuando llueve, calculó que sobrepasa la elevación de la vereda “y de allí ingresa a mi vivienda, lo que nos imposibilita la salida de casa”.
De este modo, agregó que el trance ya le ha ocasionado el deterioro de varios muebles de su casa, precisamente en su cocina, arruinando “el bajo mesada al que le levantó el aglomerado, una mesa y un par de sillas”. “El problema es que hoy cuesta mucho reponerlos”, admitió.
Asimismo, comentó que la constante humedad producto de las inundaciones, hace que la pintura de las paredes no dure todo el año. “De hecho, en este momento ya se infló la pintura”, describió.
Así, esta vecina que resulta ser una de las más afectadas, afirmó que no tiene pensado, junto con los demás residentes de la cuadra, juntar firmas y presentarlas en el Municipio “porque las tiran o las meten en un cajón”.
“Todos dicen que lo van a solucionar, pero no lo hacen y cuando uno los va a buscar, te responden que no se encuentran o que ya están enterados del tema”, reconoció dirigiéndose a los políticos.
Por eso, sugirió que los vecinos quieren que las obras se hagan bien y que “al mes no tengan que ser emparchadas porque se rompieron. Yo veo la indignación de la gente y todos nos preguntamos, por ejemplo, ¿cómo se van a solucionar los pluviales y las bocas de tormenta?”.
Por otra parte, la mujer contó que además tiene un inconveniente con un pelotero que se ubica a lado de su casa. Uno de los conflicto que ello produce es que, cuando el local se encuentra abierto, los padres estacionan el auto en la puerta de su garaje. “Además, no cumple con las normas establecidas para estar asentado en una zona residencial”, sentenció.
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Mujeres en lucha
Mujeres en lucha
Vivo en la calle Suipacha y me pasa lo mismo que a la vecina. Además cuando se inunda, todo el depedicio de las cloacas de los edificios de la cuadra, empiezan a desbordarse. Es insalubre. Piensan seguir construyendo indiscriminadamente’