martes, marzo 03, 2009

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La prensa de Villa Luzuriaga se entrevistó con referentes ramences preocupados por la llegada de edificios ilegales a su barrio.




Edificios conflictivos...




El aumento descontrolado de grandes edificaciones pone en peligro la calidad de vida de varios barrios...¿Qué le espera a Villa Luzuriaga?

Desde que tenemos memoria y registro -con muy honrosas excepciones- las ciudades argentinas crecen sin una planificación estratégica racional y consensuada, que marque pautas urbanas claras, y objetivos de mediano y largo plazo. Los distintos intereses económicos, políticos, sociales, y de dudosa índole se enfrentan, se superponen, se enmarañan, y crean ciudades sin identidades definidas y con conflictos en permanente ebullición.

Así en los grandes conglomerados se puede observar que: los actores del transporte (taxistas, colectiveros, usuarios, empresas de subte y trenes, remiseros, etc…) confrontan y demandan soluciones sectoriales al poder político de turno; hay sectores marginados de la población que ocupan terrenos para vivienda y al mismo tiempo hay sectores con vivienda que demandan más espacios verdes en sus barrios para mejorar su calidad de vida; asimismo existen vecinos que luchan para erradicar basurales a cielo abierto, y funcionarios qué no saben dónde poner la basura; y también se produce el enfrentamiento entre grupos inmobiliarios que presionan para desarrollar la construcción de grandes edificios, y vecinos de barrios de casitas bajas que no quieren que le planten torres en sus cuadras….

Justamente a este último conflicto nos remitimos en esta nota. Para tal fin visitamos a referentes de los Vecinos Autoconvocados de Ramos Mejía, que luchan contra la edificación indiscriminada de grandes torres en una zona residencial.

Los vecinos de esta localidad protestan por la falta de fiscalización municipal en aspectos de seguridad (hubo desprendimientos de mampostería de estas obras hacia las casas contiguas, y por cuestiones del azar no hubo que lamentar victimas fatales).

Los vecinos se preguntan: ¿Alguien debe morir para que las autoridades escuchen sus reclamos?; también destacan la contraposición normativa entre ordenanzas y legislación provincial, específicamente señalan la contradicción entre las disposiciones municipales y la Ley Provincial de Suelo, y la existencia de ordenanzas municipales que no están convalidadas por el gobierno provincial y por lo tanto, carecen de legalidad.

Los vecinos han llevado a cabo una serie de presentaciones judiciales en contra de la municipalidad y en contra de las obras en cuestión. Aducen que, además de la inseguridad propiciada por estas construcciones sumadas a la pérdida de privacidad y de valor de las propiedades particulares, hay que tener en cuenta el posible colapso de los servicios de agua, y energía, que no están preparados para soportar una densidad poblacional como la que pretenden estos desarrollos inmobiliarios (vale traer a colación la situación del barrio Caballito).

El largo accionar de estos vecinos, les ha permitido obtener algunos logros, ya que recientemente el gobierno municipal de La Matanza dictó un nuevo código urbanístico y una nueva zonificación para Ramos Mejía, que restringe de manera importante la altura para nuevas construcciones. Frente a esto los vecinos organizados de Ramos manifiestan cierto alivio por un lado, pero por otro, un grado de fastidio porque con aquellas medidas no se resuelve el problema de fondo: construcciones ya iniciadas, que se cuentan por decenas. Se sabe que la legislación no puede actuar retroactivamente.

A su vez agregan que ahora, los grupos inmobiliarios buscan localidades como Lomas del Mirador, y Villa Luzuriaga, que tienen menos restricciones para la construcción de edificios.

De hecho en Villa Luzuriaga, en la cuadra de Juan Florio al 100, en un terreno baldío, comenzó en el 2008 la construcción de un edificio de 5 pisos. Esto trajo intranquilidad y reuniones entre los vecinos de la cuadra, que sufren inundaciones y carencias en ciertos servicios desde hace mucho tiempo, ¿Qué les espera con esta nueva construcción?, a una casa lindera ya se le desmoronó un pasillo por los trabajos de la empresa constructora, y los trabajadores de la obra no tienen ni baños químicos para sus necesidades…

¿Se extenderán estas construcciones por toda Luzuriaga?, en principio las autoridades municipales han modificado cierta disposición. Según nos explicó un funcionario de la Delegación Municipal, recientemente, en enero de este año, se promulgó una ordenanza para que en la zona más residencial de Villa Luzuriaga (no en toda la localidad) no se construyan edificios de cinco pisos. La nueva normativa establece que en la zona UNO B, el límite de altura es de trece metros, que equivaldría a construcciones de hasta tres pisos.

De todas formas quedan algunos interrogantes, ¿Qué pasará con la edificación ya iniciada en la calle Juan Florio?, ¿Se verán afectados los vecinos de esa cuadra en la provisión de sus servicios?; ¿La municipalidad mejorará su sistema de fiscalización para evitar accidentes y negligencias en las obras?; ¿Se escuchará alguna vez la voz de los vecinos para definir en qué tipo de barrio quieren vivir?...

La perspectiva parece no ser demasiado alentadora, los grupos inmobiliarios tienen mucho peso, y por otra parte hay grandes necesidades de recaudación fiscal de las municipalidades.

Sin duda la construcción es una fuente de empleo siempre necesaria, y un rubro movilizador de muchas actividades económicas. Pero no se puede dejar que el interés de ganancia de corto plazo pase por encima del sentido común, o de las leyes.

La realidad es que los vecinos seguirán la lucha para instalar estos temas y demandas en la agenda pública y política, a pesar de las injusticias y los llamados anónimos intimidatorios.

Nota: G.T. y P. B.

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