Suspenden por 90 días los permisos para hacer edificios en Ramos
- Convocaran a los colegios profesionales y entidades vecinales a debatir un nuevo código urbano y límites de altura
Por Eva Marabotto
Nota Clarín Zonal – La Matanza 30.04.08
Parafraseando a Joaquín Sabina, la semana pasada bien pudo haber fiesta en las esquinas de Ramos, ya que un decreto de necesidad y urgencia del Ejecutivo comunal paralizó la construcción de edificios en la localidad
La suspensión, que convalidó el Consejo Deliberante en la sección del martes 22, detiene por 90 días “la presentación y el trámite de los permisos de obra nueva y ampliación que no se encuentren iniciados por Mesa general de Entradas, en la localidad de Ramos Mejía y que superen los 10 metros de altura, cualquiera sea su destino, uso y dimensiones del lote”. En la práctica, hasta el 16 de julio ninguna constructora podrá presentar trámites para levantar en cualquier lugar de Ramos edificios que excedan la planta baja y 2 pisos. “ La idea es convocar a los colegios profesionales con incumbencia en la zona y a las entidades vecinales para definir el perfil que busca para la localidad y la altura que podrán tener los edificios de quí en adelante”, explicó el intendente Fernando Espinoza.
“Es necesario hacer un nuevo estudio que permita realizar las consultas necesarias para actualizar el Código de Planeamiento y evitar que se produzcan situaciones indeseables”, explicó, días antes, el mismo intendente en el texto del decreto que lleva su firma. “Es revolucionario. Nos parece muy bien que el Ejecutivo haya querido escuchar el pedido de los vecinos y entender la situación que estábamos denunciando de construcción indiscriminada y sin planificación. Ojalá que, además de las entidades profesionales, convoquen a la gente que vive en la zona para saber qué quiere para su barrio” , evaluó, exultante, el arquitecto Arturo Ter Acopian, uno de los iniciadores de la movida contra los edificios que empezó en la esquina de Urquiza y Espora.
En junio de 2007, la gente de Ramos Mejía había logrado que Mónica Luján López, jueza en lo contencioso administrativo, suspendiese la ordenanza que habilitaba la construcción de edificios en altura, alegando que esa reglamentación comunal jamás fue aprobada por la provincia de Buenos Aires, un requisito ineludible para cualquier modificación del código de planeamiento de cualquier Municipio. En el expediente, los vecinos habían aportado una lista con alrededor de mil complejos levantados entre 2004 y 2007 y aseguraban que hacia fines de año había otros 100 edificios en obra. Pero las construcción volvió a habilitarse a fines del año pasado y la gente de Ramos volvió a la carga. En febrero, los vecinos se organizaron a modo se patrullas para salir a la calle a detectar irregularidades y así lograron que el área de Inspección de la Comuna clausurase temporalmente las obras. En total hicieron detener 12 construcciones que tenían más pisos de los permitidos o carecían de cartel indicador.
Pero ni siquiera el decreto en vigencia los conforma. “Nosotros no vamos a dejar de reclamar hasta que esta medida sea definitiva y estemos seguros que las construcciones ilegales no van a perjudicar más al barrio. No sólo complican el tránsito y nos generan problemas de cloacas e inundaciones sino que agraden nuestra calidad de vida”, asegura Miguel Presa, uno de los Vecinos Autoconvocados de Urquiza y espora, que culpan a la proliferación de las construcciones de altura por las inundaciones y el colapso en los servicios de agua y cloacas que, dicen, está sufriendo Ramos en los últimos años.
“Quizás no se trate de prohibir todo edificio. Hay zonas, como por ejemplo el casco de cinco cuadras a uno y otro lado de la estación, en las cuales ya existen departamentos altos y no creo que haya problema en que se siga construyendo. Pero el problema es cuando llegan estas construcciones a los barrios de casa bajas, donde los vecinos no tienen intimidad, y hay serios riesgos para el abastecimiento de los servicios. Estas son situaciones que vale la penadebatir”. Propone Ter Acopian.