Según fuentes policiales paraguayas, el abogado del empresario patagónico Lázaro Báez se había refugiado en un lujoso hotel y gracias a su extraña conducta y la chispa de uno de los empleados que llamó a la policía, pudieron dar con él.
En la calle, frente al lujoso hotel Le Club donde estaba hospedado, el hombre de confianza de Báez fue detenido por la policía. En su intento por despistar dijo llamarse Antonio Cubilla y ser de nacionalidad uruguaya. Si bien su cara les resultó familiar, como no mostró documentos, estaba visiblemente más flaco, tenía el pelo más corto y no era chueco, en un primer momento la policía dudó si se trataba de la persona en quien recaía el pedido de captura internacional, ordenado por el juez Sebastián Casanello, sobre todo porque no habían sido notificados de la circular roja.
El abogado fue trasladado a una dependencia policial para constatar su identidad y tras un análisis de huellas dactilares se comprobó que no era Cubillas, menos uruguayo y quedó detenido.
“El susodicho que, dicho sea de paso, en ningún momento ofreció resistencia ni trató de meter la mano en su bolsillo, se encontraba en buen estado y se puso a disposición de la Justicia de Paraguay”, aseguró el policía que lo detuvo en declaraciones a la prensa.
Al ser interrogado, Chueco se excusó de su excursión en tierra guaraní. “En efectivo, yo entré como entran millones de ciudadanos a Paraguay y Brasil", dijo. "A Paraguay ingresé con lo que ya tenía puesto: vino y clonazepam. El documento no, porque me lo tomó otra persona", completó muy mareado.
Finalmente Jorge Chueco fue expulsado de Paraguay por no tener documentación y con la tranquilidad de que no se le inició ninguna causa porque en el país vecino no incurrió en delito alguno. "Es una persona indocumentada, borracha, empastillada y con ideación suicida que entró de forma ilegal, pero no cometió ningún hecho punible", aclaró la fiscal paraguaya que intervino en la causa.
Fuentes judiciales adelantaron que al llegar a Buenos Aires Chueco recibirá atención médica aunque se desconoce si al empresario patagónico y a la expresidente de la Nación le harán lo mismo.
Con la detención del cerebro jurídico de Báez el círculo comienza a cerrarse y podría ser el próximo Leonardo Fariña, ya que el hombre clave de las maniobras de lavado que tuvieron lugar en "La Rosadita" ahora se las ve negras.