Casi todo el arco opositor repudió el ataque del domingo en La Matanza y destacó la gravedad de que se haya apuntado contra uno de los principales candidatos. La Justicia ya investiga a militantes K
La emboscada que sufrió el domingo la caravana del Frente Renovador que atravesaba La Matanza fue el último y más brutal eslabón de la cadena de pequeños actos de violencia que algunos toman como parte del folclore de la política en el conurbano. Pero casi todo el arco opositor se sumó ayer a la condena del ataque de militantes K y pusieron el foco en la gravedad inédita de haber sido directamente contra uno de los principales candidatos de las legislativas octubre.
La lluvia de piedras, cascotes, fierros y huevos que cayó sobre la fila de vehículos y simpatizantes que acompañaban a Sergio Massa dejó tres heridos (entre ellos el candidato a diputado nacional Carlos Alende) y autos destrozados. El propio Massa zafó de consecuencias mayores porque tuvo la suerte que la tuerca que le lanzaron con una gomera golpeó en su pecho y no en su cara.
Las reacciones fueron dispares: mientras se sumaban los mensajes de repudio y solidaridad desde la dirigencia anti K, el oficialismo minimizó y, en algunos casos, hasta justificó el ataque, lo que generó ayer más bronca aún en el massismo.
“En mis años de política, nunca había visto una emboscada preparada como esta. Es el método de los barras bravas”, dijo a Clarín Felipe Solá, uno de los que acompañaba a Massa en la camioneta atacada.
“Fue todo muy violento y organizado con un objetivo claro que era pegarle a Sergio y lo lograron”, agregó Darío Giustozzi, otro de los que padeció el ataque del domingo. “El oficialismo tiene ahora la responsabilidad de poner paños fríos y pedirle a sus militantes que paren con el fanatismo y la violencia”, reclamó.
Solá y Giustozzi volvieron ayer a La Matanza junto a Massa para una recorrida por la planta de Acindar de La Tablada. El intendente de Tigre, que ya había descargado su bronca en algunas notas radiales, prefirió dar vuelta la página. Pero sus compañeros de boleta sumaban a su furia por el incidente. Y sobre todo les molestó la reacción del kirchnerismo: desde Daniel Scioli, que dijo repudiar la violencia “de un lado y del otro”, pasando por Martín Insaurralde, que acusó a Massa de intentar “victimizarse”, hasta Luis D’Elía, que defendió el ataque y anoche un fiscal le inició acciones por “apología del delito”.
La oposición se abroqueló entre el repudio y la alarma. “A 30 años de la democracia es lamentable que algunos grupos políticos no hayan aprendido que una de sus condiciones necesarias es ser respetuoso y tolerante con el que piensa diferente”, dijo Ricardo Alfonsín, que recordó el incendio del comité radical de Olavarría del mes pasado. Aquel incidente se sumó a las denuncias del Frente de Izquierda por el acoso de patotas que responden al intendente K de Merlo, Raúl Othacehé, y a las denuncias de agresiones a militantes radicales y de la Coalición Cívica en Tucumán, entre otros hechos. El propio massismo ya había padecido la violencia en Ingeniero Budge y Lanús y un piquete intentó impedirle un acto la semana pasada en Lomas de Zamora.
Francisco de Narváez salió a repudiar “la violencia y la agresión cobarde ” contra su rival en la pelea bonaerense. Otra competidora, Margarita Stolbizer lo definió como “una guerra interna de grupos del PJ que se acusan de traiciones y pelean por el poder”. Patricia Bullrich apuntó a “la complicidad policial y política ” y señaló que “el difícil momento que vive la política desnuda la fractura social que generó el kirchnerismo”. Por la tarde, Massa agradeció por Twitter la solidaridad de dirigentes opositores como José de la Sota y Daniel Amoroso, los macristas Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli, los funcionarios bonaerenses Jorge Telerman y Alejandro Granados y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
Una fiscalía de La Matanza comenzó la investigación del ataque a partir de fotos que aportaron dirigentes del Frente Renovador y medios locales. Algunos testigos identificaron como uno de los organizadores de la emboscada a Daniel Campana, subdelegado del municipio en Isidro Casanova. Y recordaban que el hecho se produjo en una zona donde pesan fuerte D’Elía y la tercera candidata a diputada K, Verónica Magario.
Clarín
