lunes, agosto 20, 2012

Ramos Mejía: Feroz paliza a vecino que lucha contra la violencia

Se trata de Miguel Presa, quien en Ramos Mejía forma parte de un grupo de pares que recorren la zona denunciando situaciones derivadas en la venta descontrolada de alcohol a menores y alertando sobre prostitución.




Miguel Presa es un vecino de la localidad de Ramos Mejía que forma parte de un grupo de pares que viene trabajando intensamente en la zona denunciando situaciones de extrema violencia por la venta descontrolada de alcohol a jóvenes en bares, kioscos y boliches, y también alertando sobre el negocio de la prostitución con características de trata para la explotación sexual.

En ese marco, este fin de semana realizaron una recorrida, con una cámara porque están filmando un documental sobre el tema, pero el vecino sufrió una feroz emboscada, con piñas y patadas, incluso cuando ya estaba inconsciente en el piso. “Casi me matan”, dijo la víctima, que aún debe aguardar resultados de estudios para determinar si tiene lesiones cerebrales.

“Tengo varios cortes y lesiones, pero lo más grave fueron uno en la oreja y en los párpados, que debieron suturar. Me hicieron tomografías, ecografías y me sacaron placas radiográficas. De tantos golpes me desvanecí, perdí el conocimiento. Cuando me desperté, dos personas me estaban cuidando. Me pegaron por todos lados. Esto no fue una agresión de pibes, ni nada parecido, sino que ocurrió por el trabajo de denuncias que venimos haciendo. Esto es zona liberada, lamentablemente. Nosotros como vecinos queremos que se haga prevención, pero el negocio es grande”, dijo Presa.

Según relató el vecino, que recibió el apoyo de diversas organizaciones vecinales que trabajan alrededor del mismo problema, al momento de al ataque había unos 12 vecinos que se encontraban realizando una recorrida por la zona de boliches y bares, concentrada en la avenida Gaona y sus cercanías.

“Nosotros salimos y hablamos con los chicos, hacemos encuestas. Nos cuentan dónde venden alcohol pasado el horario que marca la ley, que es de las 04:30. Y documentamos las faltas gravísimas. La realidad es que los chicos toman en la calle, mezclan todo, pero porque fallan los controles. Ahí hacemos las denuncias al órgano de control provincial”, señaló.

“De hecho, el día del ataque había inspectores de la provincia clausurando un local por una denuncia nuestra. Nos quedamos ahí, y vimos cómo arrancaban las fajas de clausura. Es lo que hacen siempre, no es nuevo. Como ciudadanos, nos juntamos para tratar de cambiar un poco las cosas. A esos boliches o bares van nuestros hijos también. Y sabemos que hacen de la venta de alcohol un negocio sin escrúpulos, al igual que la prostitución. Venimos denunciando todo esto, que es gravísimo. No tengo dudas de que el ataque que sufrí es producto de esta situación”, dijo Presa.

Respecto al ataque, la víctima comentó que “por unos minutos, me separé del grupo de vecinos, y primero me abordó un hombre, que me golpeó en la cara con una piña, y cuando intenté alejarlo, me empujó contra una pared y siguió pegándome, momento en que vino otro”, precisando que “entre los dos me pegaron, me caí al suelo y ya no me acuerdo de nada, porque me desvanecí, pero lo cierto es que me pegaron en todos lados. Además de los cortes en los párpados, y una oreja, Presa tiene lesiones en las costillas, la espalda y el abdomen.

“Hay mucha gente, vecinos, que hacen este trabajo de apoyar lo controles, haciendo denuncias. El mes pasado, fuimos con Rubén Carballo, cuyo hijo fue asesinado a golpes en los alrededores de la cancha de Vélez en un recital, a un boliche en San Justo. Fuimos testigos de un feroz ataque de patovicas y jóvenes a un chico. Nos metimos, porque lo iban a matar con tanta violencia, y me pegaron a mí por intervenir. Esta es la realidad. Pero parece que a la justicia no le interesa nada. Hicimos la denuncia, y ahí sigue, archivada”, dijo el hombre.