jueves, diciembre 12, 2013

Granados se enojó, llamó "pedazo de mogólico" a un asistente y lo desafió a pelear

El ministro de Seguridad bonaerense se cruzó con un hombre que asistió a la jura de los nuevos concejales de Ezeiza y hasta lo desafió a pelear. 




Durante la jura de los concejales que fueron electos el pasado octubre, el ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, tuvo un exabrupto con uno de los asistentes, quien gritó desde la audiencia "devuelvan la plata que se robaron". 

Tras la acusación del hombre, los presentes comenzaron a abuchearlo mientras el presidente del Concejo, Edgardo Amarilla, hizo un llamado a la calma para continuar con el acto: "Si tenemos agresiones los hago retirar de la sala, vinimos a una fiesta de la democracia", además recalcó que "cada uno de nosotros ha sido electo por el pueblo, el pueblo nos puso en este lugar. A la persona que no esté de acuerdo, lo invito a retirarse y por sobre todas las cosas mantengamos el respeto". 

Sin embargo, el ministro Granados no dejó el tema ahí y tomó el micrófono para responder: "Y al que dijo la estupidez esa no lo invito a retirarse, lo invito a esperarlo ahí afuera. Al boludo ese lo espero ahí afuera. Pedazo de mogólico". Y continuó: "Parate, a ver, parate, el que dijo eso que se pare". Y luego remató: "Ahora te voy a buscar". 

Mientras ocurría el desafortunado hecho la diputada nacional y esposa del ministro, Dulce Granados, se levantó para aplaudir las palabras de su marido y para señalar al presunto autor de la acusatoria exclamación, quien fue retirado del recinto. 

Horas después Granados expresó mediante un comunicado sus disculpas por las "infortunadas" palabras: "En un momento de enojo mis palabras estuvieron fuera de lugar y fueron ofensivas hacia quienes sufren algún tipo de enfermedad mental y jamás pudo haber sido esa mi intención"..




El spot "Insultos" busca generar conciencia en el conjunto de la sociedad acerca del uso de la palabra mogólico. El modo en que utilizamos las palabras importa y mucho en la construcción del lenguaje. Y reflexionar sobre esto es clave, ya que a partir de aquél creamos escenarios para las relaciones con nuestros semejantes. 

Cuando las palabras, además, encierran un significado peyorativo respecto del que tenían en sus orígenes pueden dañar la dignidad no sólo de las personas a quienes se las dirige, sino, y sobre todo, la de aquellas a quienes hacen referencia de manera despectiva.