domingo, agosto 22, 2010

"Soy una danmificada más"

No todos los hechos ocurridos llegan a los medios, pero el problema no son las estadisticas, sino las medidas que se deben tomar....



Correo de lectores

Soy una damnificada más de la inseguridad, aunque este hecho no se haya mediatizado como miles de otros, que no se conocen. Sufrí un secuestro express en la puerta de mi casa a las doce del mediodía. Fue cuestión de segundos, tres hombres se acercaron a mi auto cuando acabada de estacionar, uno de ello me mostró el arma por debajo, y se subieron a mi auto. Uno por la izquierda, otro por la derecha, y el tercero detrás. En un segundo me mandaron para atrás, y a partir de ahí comenzó mi pesadilla, ya que el que me acompañaba me apuntaba continuamente el abdomen con el revolver y que el manejaba me hacia preguntas, sobre mi edad, y cuantos hijos tenía. Cuando le respondí, dos me dijeron que él me iba a hacer el tercero.

Recuerdo que llevaba un saquito que abotoné hasta el último botón. Siempre me apuntaban por debajo, cuidándose que la gente que viajaba en colectivo no los viera, porque ya estábamos por Avenida Gaona, camino al acceso Oeste. Ahí revisaron mi cartera, se repartieron mis pertenencias, luego me arrancaron mis anillos, mis cadenas, mi reloj, y comencé a sentir s la sensación de lo que es la violación.

Fueron dos horas interminables, chocamos, tuvimos que bajarnos todos del auto, mientras hablaban en un lenguaje que nunca había escuchado, raro para mí. Mientras tanto... yo siempre les preguntaba: ¿PARA QUE ME LLEVAN?

Todo terminó en el límite de Villa Tesei y Hurlingham. Ahí me dejaron, yo caminaba en forma oblicua, porque creía que si les daba la espalda, me iban a matar. Mi sentimiento se había convertido en un extrañamente infantil, porque quería esconderme debajo de una mesa, creyendo que iban a volver. Aún hoy mi marido me pregunta como se llamaban y nunca lo quise decir...

No me robaron la vida, pero aún sigo sintiendo que me robaron la libertad, porque mi vida cobró una impronta de vulnerabilidad que nada, ni nadie podrá sanear. PERO NO ME MATARON, NO ME VIOLARON, SOLO ME TORTURARON PSICOLOGICAMENTE Y HASTA LES TENDRÍA QUE AGRADECER EL FAVOR.

Ayer participé de la marcha en contra de la inseguridad... y pude ver en los ojos del padre de Martinó y de su esposa, ese dolor que solo pueden entender, los que pierden un ser querido, joven, fuerte, lleno de vida, por la falta de políticas de estado, por el pecado de omisión, por la indeferencia de las autoridades que nos deberían proteger, EN EL DERECHO MÁS PLENO, BÁSICO Y NATURAL COMO LO ES, LA VIDA.

Como siempre digo, no solo se mata con armas convencionales, se mata con la corrupción, con la desidia, con la indeferencia, con la especulación, con el individualismo.

Vivimos actualmente en un país, cuyas fronteras terrestres no están protegidas, tampoco sus mares, sus ríos, ni su espacio aéreo. A través de ellos se trafican, drogas, armas, personas.

Sino atacamos las causas, jamás podremos neutralizar las consecuencias. No necesitamos más cárceles, necesitamos PERSONAS DE BIEN, NECESITAMOS EDUCACIÓN, PRINCIPIOS, VALORES.

BASTA DE POLÍTICOS QUE YA ESTUVIERON Y NOS LLEVARON A ESTO... BASTA DE UN EX PRESIDENTE Y UNA PRESIDENTA ACTUAL que hablan de derechos humanos y mientras, mueren nuestros hijos, padres, hermanos, amigos, MIENTRAS TRATAN DE CONCILIAR A VENEZUELA CON COLOMBIA.

BASTA DE QUE VENDAN NUESTRAS TIERRAS, NUESTROS ORIGENES, NUESTRA LIBERTAD, Y MANCILLEN NUESTRAS VIDAS CON LAS MUERTES DE INOCENTES TAN QUERIDOS.

Nancy Devoto